DATOS DE LA RUTA
HORA DE SALIDA: 08:35
HORA DE LLEGADA: 12:52
TIEMPO DE PEDALEO: 03:22
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 04:17
DISTANCIA RECORRIDA: 38.5 Kms.
TEMPERATURA MEDIA: 21.0 ºC ( mín.: 14.0 ºC máx.: 33.0 ºC ).
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual
OBSERVACIONES: Caída de Fergus, saldada con varios rasguños, bajando el cortafuegos desde La Perdiguera.
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ASISTENTES: (9)
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caídas en la ruta: (1)
pinchazos en la ruta: (0)
averías en la ruta: (0)
“LE DOY AL BOTÓN”
Un domingo más que te caes de la cama, como si te pegases un tiro en un pie, y te preguntas a dónde narices vas a esa hora y con toda esa peña rara, igual que tú, por cierto. Pero lo repites un fin de semana tras otro, sin pestañear demasiado, sin tantas preguntas. Y es que el vicio es el vicio, y hay cosillas de la vida que van en vena, algunas que van en la punta del nardo y otras que se piensan y reflexionan un poco. El tema ciclista no es de esto último, si no estaría descartado hace tiempo: no pertenece a lo racional, es pasional. De lo del nardo tampoco estoy seguro, porque el cacharro pensaría en otra cosa y no en irse de madrugada a hacer el cabra contigo. Supongo que irá en vena.
Como el día anterior prometí, tras los apaños habituales aparezco en CdC a la hora prevista. Sorpresa, ha venido el guiri Fergus, con unos kilillos de más. El muy cabrón no puso nada, y me hubiese evitado pasar por CdC, lo que de todas formas hago de sumo grado. Le ajusto las cuentas. Viene Angelillo con la furgo Kangoo comprada en su juventud, y a cargar bicis. Caminito de Belén.
En Miraflores de la Sierra espera el resto de la tropa, y el que no está va llegando. XXXXXX es el último en aparecer. No contábamos con él, pero bienvenido. De esa forma somos 10 gladiabikers dispuestos al reto del día, como cada domingo: volver a tiempo de tomar unas cervecitas. Salimos con el alkalde explicando la variante que le ha metido a la ruta, nivel puto amo: cortafuegos, vistas, otro cortafuegos y sendero. Un éxito, a juzgar por el revolcón que se pegó Fergus en la zona.
Primeras rampas, barrera, y camino sin percances hasta el Puerto de la Morcuera, con varios reagrupamientos intermedios. Me indica el boss que ya puedo ir haciendo fotos, que las 55 aprovechables de la ruta anterior no son nada (ahí me acuerdo del tango de Gardel, “que 20 años no es nada”).
Salieron 75 fotos decentes esta vez. Y venga a darle al botón. Me viene a la cabeza un jefe que he tenido, en plena discusión con un cliente, ambos con unas copichuelas de más, subiendo el tono de la conversación, y diciéndole al interfecto que le iba a devolver todos los recibos de su cuenta, esta última en descubierto de una pasta: “¡¡¡…QUE LE DOY AL BOTÓN, EH, QUE LE DOY AL BOTÓN…!!! Todo ello dándole de dedazos al botón del teclado de su terminal. No recuerdo si se los devolvió o no, pero me pasé una semana despollándome vivo, y los colegas no se acordaban de nada al día siguiente, con la santa resaka. Descanse en paz en todo caso, que ha fallecido hace tiempo.
Sigo pues con el botón a vueltas en la cabeza, y en la mano, cuando paramos en la Fuente Cossío para avituallar nuestras secas gargantas. Previamente Víctor analizó un sendero en bajada para la ruta inversa muy interesante, el cual, insisto, comienza mejor un poco más abajo del puerto, no en el despeñadero rocoso junto al aparcamiento. Avituallamos, foto de grupo, algo de comida, y andando, por carretera hasta el desvío que nos conducirá hacia El Boquerón primero, y más tarde hasta el Collado del Hontanar. Allí paramos a comer algo a la sombra de unos pinos, antes de afrontar el cortafuegos que nos llevaría hasta La Perdiguera. Mientras comemos, XXXXXX nos explica el oxtión nivel multidestrozo que se pegó esquiando, fruto del cual se reventó literalmente la rodilla: un año eskayolado. Víctor estaba sopesando sodomizarlo (ver fotos y dirección en la que apunta su rabo), pero cuando comentó que no podía ponerse de rodillas perdió el interés, en beneficio de Fergus.
Cogemos de nuevo la bici, subimos a La Perdiguera a través del Prado del Toril, espectacular pasto de alta montaña, y junto a los Pinares de Canencia. Un lujo. Más cortafuegos, pateo para observar las vistas y bajada también por cortafuegos, que adquiere fuerte pendiente. Oxtión de Fergus, que se hace múltiples raspones y algo de daño moral. Sendero y vuelta al camino principal, hasta llegar a la Fuente del Hornillo, en el cruce para bajar a la Chorrera de Mojonovalle. Repasamos con Betadine gel las heridas de Fergus, y abajo. De chorrera nada, más seca que un Martini. Arriba de nuevo y hasta el Puerto de Canencia.
Bastante transitada por senderistas, el camino nos lleva a la carretera principal, por la que una vez reagrupados iniciamos el descenso, vertiginoso, hasta La Cotilleja, donde cogemos un camino a la izquierda de la carretera tras pasar una puerta metálica. En el mismo giro, bajo detrás de Javi Sánchez y de XXXXXX, frenando este último casi en seco sin avisar. Le suelto un bocinazo con bronca: no se puede frenar así en una bajada por carretera; Javi lo esquiva de milagro y yo tenía para elegir a cuál me comía. Susto y poco más. Mis disculpas por el bocinazo.
Iniciamos camino del que nos desviamos en poco tiempo para cruzar el Arroyo de la Tejilla y atravesar la carretera de Guadalix para adentrarnos en el Valle de Bustarviejo y la GR-10 que nos llevará de nuevo a Miraflores. Alguna piedra en el camino, que se salva con esmero, y cruce del Arroyo del Verdino, sin agua, por su cauce, ya que el puente está impracticable. Subida a Miraflores por el pavés infernal y las cuestas satánicas hasta la zona de bares.
Unas cervecitas y raciones de torreznos y calamares para terminar la mañana, que se ha pasado de manera francamente divertida. Esto justifica el madrugón, las reflexiones, el porqué y la pasión. La compañía, por supuesto. Por las cosas de montar.
(escrito por David Verdes)
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