Vuelta por el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares desde Colmenar Viejo 05-02-2017

Vuelta por el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares desde Colmenar Viejo 05-02-2017

DATOS DE LA RUTA


HORA DE SALIDA: 09:01
HORA DE LLEGADA: 12:57
TIEMPO DE PEDALEO: 03:23
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 03:56
DISTANCIA RECORRIDA: 37.0 Kms.
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual

OBSERVACIONES: Un pinchazo de Julio y varias caídas sin importancia. Realizamos una variación al track previsto en el tramo entre la carretera de Hoyo y la Marmota para evitar el barro del sendero habitual.

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ASISTENTES: (18)

 

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Adolfo
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Alejandro Benito
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Alfonso
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David Verdes
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Flu
caida
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Francisco Grano
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Goyo
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Hugo Aguirreche
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Javi Iglesias
caida
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Javi Ignacio
caida
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Javi Sánchez
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Jesús Terán
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José Luis González
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Juan
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Julio
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Lorenzo
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Pedro
caida
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Víctor

caídas en la ruta: (7)

pinchazos en la ruta: (1)

averías en la ruta: (0)

Una ruta conjunta que no lo fue

Este año habíamos planificado la fecha de la visita de nuestros amigos naveros en invierno para mostrarles una de nuestras rutas más habituales y entretenidas. Habíamos abierto el blog para apuntarse a la comida de confraternización con una semana de antelación y 20 ciclistas de Club de Campo nos habíamos apuntado para recibir al grupo de Los Eskaladores. Esta vez fue Adolfo quien organizó el evento en un restaurante de Colmenar Viejo con un menú que prometía. De los naveros sólo decidieron venir 5 ciclistas que son los habituales en este tipo de ocasiones. Creo que todo es respetable y que cada uno tiene sus historias familiares y tiene que decidir lo que más le conviene, pero también creo que sólo 5 ciclistas de unos 40 eskaladores es una pobre cifra, y más teniendo en cuenta que sólo se planifica una visita con comida al año y que, en las visitas (también anuales) a nuestro pueblo abulense la asistencia, tanto de ciclistas como de comensables es bastante mayor. Sería deseable mayor asistencia para las próximas veces, sres. Naveros, aquí no hay ánimo de lucro ni nada parecido, sólo mostraros una ruta original y compartir un rato agradable con vuestros amigos de Madrid. Os animo para la próxima a que os lo penséis dos veces y hagáis un esfuerzo para venir.

Las previsiones del tiempo no eran muy buenas aunque fueron mejorando algo según se acercaba el domingo. El sábado hablo con Maxi, el alcalde de los eskaladores, y me confirma que finalmente serían 4 ciclistas ya que a uno se le había fallecido un familiar. “Vamos tu primo, José Serafín; su sobrino Jesús Antonio, el chavalín; Paco Emeterio y yo”.

Suena el despertador el domingo de madrugada y comienzo a prepárame. De repente oigo el teléfono y me doy cuenta de que lo he dejado en la mesilla junto a la cama donde duerme profundamente mi esposa. “¡No me jodas! ¿quién coño llama a estas horas? Seguro que es Hugo, la madre que le… ¡Coño si es Maxi! Víctor estamos saliendo de Las Navas y está cayendo una nevada que estamos patinando ya en El Valladar, y no lo deja”. Para el que no lo sepa, El Valladar es una zona recreativa que está a unos 3 Km. de Las Navas en la carretera hacia Madrid. “Nos vamos a tener que volver, que esto se está poniendo muy chungo”. “¡Qué putada, bueno, qué se le va a hacer!”. Pongo un WhatsApp informando a mi grupo y propongo mantener la comida. Quiero aprovechar para elogiar a estos 4 valientes que viendo la que estaba cayendo intentaron llegar al punto de comienzo de la ruta. No se quedaron en la cama, como otros.

Mientras, en el grupo de Club de Campo, están los habituales “rajaos” en cuanto dan un poco de lluvia y/o viento: Marcos, que dice que pierde aceite, ¡huy! anticongelante; Ibarrola, que se le arruga cuando llueve (¡vaya vasco de los coj..!); Emilio o el gallego triste, que se pasa más tiempo enfermo que sano; y Rafa García que ni siquiera da señales de vida, otro gay que se aberroncha con la lluvia. Hay que decir que, de estos 4 elementos, 2 de ellos cumplieron viniendo a la comida, lo que demuestra su compromiso con el grupo, deberíais haber venido a la ruta que al final hizo sol todo el tiempo.

Justo antes de salir de casa consulto la previsión por horas en AEMET y ¡sorpresa! dice que va a hacer sol toda la ruta aunque, eso sí, viento fuerte de componente oeste. Me viene a buscar Adolfo. Metemos mi trantor en su furgoneta y nos vamos a saludar a los que han acudido a la primera convocatoria en Club de Campo. Ponemos rumbo a Colmenar Viejo.

En el punto de origen éramos 19 ciclistas, con dos amigos de Alejandro y Flu que ya habían venido en otras pocas ocasiones: Paco y Lorenzo. Hace frío. Los saludos y charlas pre-ruta se prolongan demasiado así que doy un grito de ¡vámonos! y me pongo en marcha. No me hacen ni puto caso, sólo me siguen dos o tres. Esto no es lo que era.

El primer tramo de sendero, la Colada de Gallegos (entre Colmenar y el puente del Batán), no es demasiado complicada, salvo un tramo de subida con grandes escalones de roca. Cada uno lo hace como puede pero ninguno consigue hacer montado el tramo complicado. Además, las rocas están mojadas y resbaladizas. Mejor no arriesgar. En este tramo tenemos la primera incidencia de la jornada: pinchazo de Julio. Los que van en cola del pelotón se ponen manos a la obra, mientras el resto esperamos junto al puente medieval citado anteriormente. Enseguida llegan y continuamos.

El segundo tramo de sendero, la Colada de las Huelgas del Río Manzanares (entre el puente del Batán y el puente del Grajal), es mucho más largo que el anterior y también con muchas más zonas complicadas. Esto hace que varios ciclistas sean desmontados, por las buenas o por las malas (véase la cantidad de gente con caídas). No obstante, conseguimos pasar este largo y divertido tramo sin mayores consecuencias que el orgullo herido de algunos.

En el tramo inmediatamente anterior al puente del Grajal, tuvo lugar un evento, carente de sentido, que ya se ha convertido en tradición cuando hacemos esta ruta. La mitad del grupo se sale del track marcado y se pone a subir una cuesta infernal, sin ningún objetivo claro salvo el de machacarse las piernas, pues siguiendo el track se baja. Esto debería ser objeto de un estudio psicológico, pues yo soy incapaz de entenderlo.

Junto al puente del Grajal, segundo puente medieval de la ruta, salimos a la carretera que va de Colmenar a Hoyo de Manzanares. Enseguida debemos tomar un sendero con rampas duras y que nos lleva a coronar la parte más dura del puerto. La mitad del grupo decide hacer este tramo por carretera. En mi opinión, este sendero es más que interesante y pone a prueba nuestras fuerzas.

Me quedo el último y cuando llego arriba sólo están esperando sólo tres ciclistas. Llamo por teléfono a Javi Sánchez que está con el resto del grupo para proponer hacer un cambio improvisado de la ruta y así evitar el previsible barro que nos esperaba seguro en el tramo entre la carretera y el puente de la Marmota. Consigo que me hagan caso y tomamos todos el último tramo del puerto por carretera. Hay que decir que, aunque lo que queda de subida es bastante suave, el viento en contra nos hace emplearnos a fondo, hasta llegar a la pista que hemos realizado en numerosas ocasiones.

La bajada por la pista hacia el sendero del Puente de la Marmota, sin dificutad técnica, se hace algo peligrosa por las ráfagas de aire lateral que nos amenazaban con tirarnos de la bicicleta. Tomamos el sendero hacia el puente que estaba en inmejorables condiciones, sin ninguna incidencia.

En el Puente de la Marmota, esta vez, no hay ningún ciclista, sólo nosotros (los globeros no salen con mal tiempo). Aprovechamos para comer algo y para hacernos la foto de grupo. Se lo pedimos a unos senderistas que pasaban por allí.

Retomamos la marcha por el tramo “pedrero” de calzada romana que algunos intentan subir montados. Aquí hay alguno que “compra una parcelita”. Yo ni intento montarme en este tramo, ¿para qué?.

La subida a Valdelaganar, donde siempre solemos parar junto a un panel de interpretación geográfica, la hace cada uno a su ritmo. Las fuerzas empiezan a estar un poco más justas. Los que vamos subiendo nos arrimamos a la valla de piedra que limita el Monte de El Pardo pues hace mucho viento y hay que resguardarse.

Cuando llega el último, al que no tenemos que esperar demasiado, comenzamos la bajada al Arroyo de Tejada. El caudal del arroyo está bastante profundo y no podemos evitar mojarnos los pies. Nunca me acuerdo de cuántos vados hay que realizar en este arroyo, así que decido contarlos. Hay 12 vados de hormigón, de los cuales 4 no tienen agua, pues el arroyo discurre por debajo. Los dos primeros intento hacerlos sin mojar la cadena de la bicicleta, por los mojones de piedra que hay para cruzar a pie, pero son demasiados y decido cruzar montado que es más rápido.

La subida desde el Arroyo de Tejada al cementerio de Colmenar es un “coñazo” ya de entrada pero más dura se hizo aún por el viento que en algunos tramos nos daba totalmente en contra. Aquí sí que hay diferencias grandes en el grupo, los más fuertes lo hacen lo más rápido que pueden y los que van justos de fuerza, lo hacen como pueden. Yo me quedo con la cola del pelotón y, cuando llegamos a los coches, alguno ya ha tenido tiempo de cambiarse de ropa.

Como es pronto, decidimos tomar una cerveza, antes de ir al restaurante, en el centro comercial. Creo que algunos se fueron a despelotar todos juntos a los servicios pero no tengo datos de si ocurrió algo más. Eso sí, venían peinaditos, y vestiditos para ir al restaurante. Algún comentario tipo, “eres un guarro, no te has lavado antes de ponerte el desodorante” se oyó cuando volvían. Durante las cervezas hablamos con Maxi y nos dijo que en Las Navas “hacía un día de perros” y que ni siquiera había salido nadie con la bici.

Aunque el restaurante estaba bastante cerca, cogimos los coches pues el día era desagradable. Cuando aparcábamos allí estaba Ignacio esperándonos. Este sí que había hecho una buena ruta quedándose en la cama. Alguno le preguntó si había tenido roce con su parienta pero no quiso dar envidia. Llamo a Emilio, “estoy saliendo de Paracuellos hacia Colmenar”. Lorenzo y Paco, los amigos de Flu, se apuntan a la comida, ¡genial!

El restaurante que había reservado Adolfo estaba bastante bien y nos pusieron en una mesa en forma de “U” donde estuvimos bastante cómodos. En mi opinión, la comida estuvo más que aprobada, gracias Adolfo, el año que viene repetiremos con los de Las Navas, si no ocurre nada.  Lo que ocurrió durante la comida es lo de siempre, gritos, risas, cachondeo y los graciosillos que se divierten puteando al de al lado. A mí me pusieron kilos de sal en el agua y en el vino, incluso pusieron sal en la botella de agua ¡qué graciosos, ja, ja, ja! Cómo me parto, todavía me estoy riendo. Y yo me pregunto, ¿no tenemos ya una edad para hacer este tipo de bromas? Cualquier día acabamos a hostias por una gilipollez de este tipo. De hecho hubo un conato de cabreo entre Alfonso y Javi por alguna otra broma.

Cuando fuimos a pagar, el precio era el acordado (sin derramas, como en algún sitio que no quiero nombrar) y eso que nos habían puesto chupitos de licor. Cuando voy a salir, noto algo duro en mi anorak. No penséis mal, era una cuchara que alguno, al que podéis ver pillado “in fraganti” en una de las fotos, se le ocurrió meterme en el bolsillo. No quiero herir la sensibilidad de nadie y tampoco quiero personalizar en él, pues hubo otros muchos que hicieron lo mismo, pero ¿no está muy vista esta broma? Yo ya he dicho muchas veces mi opinión, esta tontería puede molestar al restaurante o bar y podríamos acabar mal y sin posibilidad de volver. ¡Dejad ya de jugar que sois mayorcitos!.

Al final, despedidas y “cada mochuelo a su olivo”. Aunque alguno no quiere ir a casa, como el caso de Hugo que nos propuso ir a tomar un cubata a la Butiq (donde siempre). “Joder, Hugo, ¿tú nunca te sacias?”. Al pobrecillo no le hizo ni puto caso nadie, ¿iría el sólo? Ya nos lo contará el próximo domingo.

Cuando volvíamos a casa, al tomar la carretera de Colmenar a San Agustín, estaba la Guardia Civil parando coches, menos mal que un Smart que iba delante, desvió la atención de la benemérita y pudimos pasar sin mayor problema.

Resumiendo, un día espectacular en compañía de “Amigos Ciclistas Muy Cabrones”. Bueno, así lo viví y así os lo he contado. Si alguien esperaba algo original, se equivocó. Y si alguien esperaba que fuera cortita y escueta, lo mismo.

Un abrazo

PD: Ya no os quiero con locura, cabr…..

(escrito por Víctor)


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Comienzo de ruta en Colmenar Viejo


Comienzo de ruta en Colmenar Viejo


Comienzo de ruta en Colmenar Viejo


Comienzo de ruta en Colmenar Viejo


Comienzo de ruta en Colmenar Viejo


Colada de Gallegos


Colada de Gallegos


Colada de Gallegos


Colada de Gallegos


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