DATOS DE LA RUTA
HORA DE SALIDA: 08:53
HORA DE LLEGADA: 14:37
TIEMPO DE PEDALEO: 03:40
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 05:44
DISTANCIA RECORRIDA: 42.5 Kms.
TEMPERATURA MEDIA: 16.0 ºC ( máx.: 21.0 ºC ).
SENTIDO DE REALIZACIÓN: inverso
OBSERVACIONES: Variante llegando a la Peña del Arcipreste de Hita. También se evitó cruzar la vía del tren a la salida de Cercedilla.
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ASISTENTES: (25)
caídas en la ruta: (1)
pinchazos en la ruta: (0)
averías en la ruta: (0)
Como clavos nos hallábamos en el aparcamiento de la estación de Renfe de Cercedilla, 25 ciclistas de distintas Comunidades Autónomas, en perfecta hermandad, dispuestos a realizar la ruta ciclista del día, Fuenfría – Río Moros. Unos 40 Kilómetros, siempre discutibles dependiendo de la fuente, nos íbamos a meter entre pecho y espalda y sin miedo a lo que nos podría deparar el futuro. Varias semanas hacía que no salía con el grupo y nada más llegar me encontré con la primera novedad del día. Si ya la calidad humana de todos los integrantes de ambos grupo ciclistas es excelente e insuperable, ahora con la adquisición del GPS (Global Positioning System) la calidad tecnológica del grupo ha mejorado bastante. Ha sido una gran avance tecnológico la sustitución de antiguo sistema el PPS (Paper Positioning System), el mapa de toda la vida o como todo el grupo lo conoce “el papel sudado que saca Víctor de no se parte del maillot, que prefiero no imaginar”. Bueno, comenzamos la ruta. Un tiempo estupendo, naturalmente para tomarse unas cervezas en una terraza, algo que yo esperaba ya que era una ruta en sentido inverso o sea primero las cañas y después … a montar en bici. Pero NO, me equivoqué, era una ruta convencional. Como la mayoría conocíamos la ruta, ya sabíamos de antemano que íbamos a disfrutar de unos parajes espectaculares. Pronto entramos en calor, a la tradicional cuesta arriba se sumaba el sol y en 15 minutos de pedaleo ya preveíamos un caluroso día. Poco antes de la peña del Arcipreste tuvimos una escisión del grupo. La mala comunicación hizo que parte del grupo pasase de largo la peña del Arcipreste. El resto visitamos la peña, que fue a pie y presagiaba lo que iba a ser la ruta. Ahí el GPS se comportó correctamente, nos señalo la peña correctamente pero no fuimos capaces de verla. Luego nos dijo que estábamos fuera de la ruta, o sea perdidos. Fue de agradecer pero ya lo sabíamos. Cuando encontramos ruta de nuevo, también nos lo indico y eso es de agradecer y mucho porque ahí se vio el valor añadido de este avance tecnológico. Una pena que el GPS no tuviese un megáfono incorporado para haber avisado a todos y evitar la fragmentación del grupo. Continuamos la ruta, ahora bajando hasta llegar al punto de encuentro. Ya el grupo reunido, comido y aseado, nos preparamos para acompañar al río Moros hacía nuestro siguiente hito, el Collado de Marichiva. El tiempo nos seguía acompañando, soleado, muy buena temperatura y sin viento. Nadie podía imaginar el infierno que se avecinaba. La nieve. No nos nevó, sino que ya estaba allí y en cantidad. La nieve ocupaba una gran parte del camino y estimo, a ojo de buen cubero, que sería unos cinco Kilómetros. Andar empujando la bici por la nieve por un camino cuesta arriba hacía la “Mariloca” y maldiciendo al mismo tiempo, nos desgasto físicamente y mentalmente. El tiempo que perdimos en esta parte del camino difuminó toda esperanza de terminar la ruta como Dios manda, en el bar tomándose unas cañas. El camino nevado se extendió hasta el puerto de la Fuenfría. Ya que a partir de ahí, la nieve nos permitió rodar con decencia y digo con decencia porque a lo largo de la ruta estuvimos montados encima de la bici, estuvimos caminando al lado de la bici y estuvimos con la bici a cuestas. En esos momentos la dignidad ciclista cayó por los suelos, un ciclista llevando la bici a hombros ¡Por los clavos de Cristo! ¡Donde vamos a llegar! Al menos, por si alguien no se ha dado cuenta, éramos 25 y nadie pinchó una rueda. Como para pinchar, si fuimos a pie la mitad de la ruta y las caídas se produjeron cuando íbamos andando, tropezando con las piedras del camino. La bajada del puerto de la Fuenfría fue mejor, tierra y asfalto en buenas condiciones de circulación. La premura de tiempo y el control “parental” (de la parienta, claro) hizo que la mayoría bajáramos por la carretera y no por el camino de la Republica. No hay que perder las tradiciones, al final unas cañas, pero sin cilindros energéticos. Hasta pronto. (By Juan Carlos)
(escrito por Juan Carlos)
