DATOS DE LA RUTA

HORA DE SALIDA: 09:22
HORA DE LLEGADA: 12:20
TIEMPO DE PEDALEO: 02:04
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 02:58
DISTANCIA RECORRIDA: 32.1 Kms.
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual

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ASISTENTES: (8)

Carlos Terán Chema Saavedra Emilio Evita Dinamita Fede Javi Sánchez Juan Carlos Raquel

caídas en la ruta: (0)

pinchazos en la ruta: (0)

averías en la ruta: (0)

A pesar del puente, fuimos 8 ciclistas, entre ellos y ellas, los que nos presentamos el domingo en Rascafría para ascender y descender a La Morcuera, disfrutando unos y padeciendo otros (entre los que me incluyo) la bien conocida subida de la Majada del Cojo, que si de mí dependiera le hubiese dejado la pierna y le hubiera cortado otra cosa. El día perfecto, muy buen tiempo y buena temperatura. “Sol y Moscas” como diría un aeronáutico pero en nuestro caso “Sol, moscas y excrementos de vaca”, que siempre nos acompañan en todas las rutas y que convierten un camino ancho, plano y sin baches en una perfecta trialera. Bueno al grano. No todo fue “Sol y moscas”. Nada más llegar, primer suceso. Victor se ha dormido y no viene. Risitas, comentarios jocosos y petición del respetable para que hiciera mención del hecho en la crónica. Que hábil, prefiere no venir a llegar tarde. En definitiva, Victor es un profesional, antes de salir nos telefoneó para “tele-organizar” la ruta, ¿estáis todos? Síííí, pues la crónica la hace fulano (vaya no se le ha olvidado, se podía haber quedado un rato más en la cama), tenéis que ir en sentido de las agujas del reloj, no os olvidéis de estirar y tal y tal y tal. ¡Hostias! pensé, se me ha olvidado venir meado y pinchado de casa, menos mal que no ha venido. Todos preparados, vestuario conjuntado, elegante y a la vez informal, acorde con la situación y actividad que se iba a realizar y en marcha. Sin parar hasta el refugio del Cojo, la clásica foto en el refugio y momento entomólogo, ya nos contará Victor que bicho era el que nos encontramos en la pared del refugio. Después de sobar un poquito al bicho, le dejamos tranquilo y en marcha de nuevo. De un refugio a otro, el de la Morcuera. Parada y almuerzo. Ojo con los bocatas delicatessen, impresionantes. Recuperamos fuerzas y no sé para qué, porque a partir del almuerzo no dimos ni un pedal (en el sentido ciclista de la palabra), no se cuantos miles de metros bajando. En fin, ruta sin incidentes, ni caídas, ni pinchazos y siempre muy entretenidas, de la que disfrutan los “ascender”, los “descender y en esta ocasión los “durmiender”. Ya sentados en la sala de recuperación, bebidas hidratantes, estiramientos musculares y comida energética. Justo lo que se necesita en esos momentos. (by Juan Carlos)

(escrito por Juan Carlos)