DATOS DE LA RUTA
HORA DE SALIDA: 08:57
HORA DE LLEGADA: 14:15
TIEMPO DE PEDALEO: 03:19
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 05:18
DISTANCIA RECORRIDA: 47.6 Kms.
TEMPERATURA MEDIA: 5.0 ºC ( mín.: 4.0 ºC máx.: 14.0 ºC ).
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual
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ASISTENTES: (31)
caídas en la ruta: (0)
pinchazos en la ruta: (0)
averías en la ruta: (0)
La previsión del tiempo para el domingo no era la mejor, frío y lluvia, y la hora de la cita, 7:30 horas, tampoco ayudaba demasiado, pero había despertado tal expectación los comentarios de los que ya conocían la ruta, que estábamos deseando que llegara el día. Allí nos presentamos, a la hora indicada en la web, unos cuantos de los habituales de Club de Campo y alrededores: Javi Sánchez, Víctor, Federico, Rafita, Javi Ignacio, Adolfo y el que escribe. Los saludos mañaneros, algunos comentarios sobre el tiempo, risitas con la típica pregunta ‘¿a quién le toca la crónica?’, y nos pusimos en marcha a las 7:40, camino de Cercedilla, el inicio de la ruta.
Aparcamos en la estación de tren del pueblo y comenzamos con los preparativos mientras llegaba el resto del grupo: María, Eva, Dani, Carlos Terán, Javi Iglesias, Juan Carlos y Emilio. 8:30 horas, hora marcada para el comienzo y ya estábamos preparados, pero los amigos de Las Navas se retrasaban. Que si llegan, que si no llegan,… vamos, que algunos aprovecharon para desayunar, otros para poner a punto las monturas, calentamientos previos,… Entre unas cosas u otras, iniciamos la ruta algo más tarde de las 9:00 horas, aunque algunos decidieron salir de avanzadilla e ir abriendo camino al resto de la tropa (31 llegó a contar Víctor en uno de los controles intermedios).
Bajada engañosa de unos 200 metros para rápidamente empezar la subida por las calles del pueblo para coger la carretera de la República, camino por el que deberíamos alcanzar el primer puerto de la jornada, La Fuenfría. Subida muy larga (14 Km.) pero no demasiado dura, quitando alguna rampita ‘interesante’ entre piedras y raíces y algún que otro tramo más empinado. Pasado el Sanatorio, donde se hace la primera parada para reagrupar a la gente, se empiezan a hacer los típicos grupos, escaladores natos a la cabeza, nutrido grupo intermedio y el que escribe que, como de costumbre, se quedaba cubriendo la retaguardia del grupo, eso sí, con la compañía de Víctor, que con sus consejos y ánimos constantes, unido a la espectacularidad del paisaje, hacían mucho más amena la subida. Parada en el mirador de los poetas. Una pena que las nubes impidieran contemplar un paisaje que, desde estas alturas, se antojaba espectacular. Continuamos la ascensión al puerto hasta que Eva decide hacer una parada para ver cómo están las parcelitas de esta parte de la sierra. Sin más incidentes, pasamos por el mirador de la Reina y llegamos finalmente al puerto.
Bajada por la vertiente segoviana del puerto hasta la fuente de la reina. Mucho frío, muchas piedras y bastante gente para ser un día tan desapacible. Mucha precaución. Foto de grupo y salida disparados para el segundo puerto de la jornada, el de Cotos. Bajada rapidísima atravesando el valle por un camino forestal con el asfalto en muy buen estado hasta la carretera de Navacerrada, donde, viendo que empezaba a llover, decidimos hacer la parada de avituallamiento para coger fuerzas. Bocatas, barritas energéticas, frutos secos,.... y hasta una pequeña hoguera…,cualquier cosa para entrar un poco en calor.
Otra vez en marcha, pequeño tramo de asfalto por la carretera de Segovia a Navacerrada hasta la primera revuelta y rápidamente cogemos un camino forestal con el que vamos acercándonos a lo que sería la parte más dura de la ruta. Unos kilómetros más de asfalto y cogemos el camino viejo de El Paular, que nos llevaría de subida al Puerto de Cotos. Un par de incidentes en los primeros tramos de la subida: el disco de freno de la bici de Eva, que dice que no quiere subir y se agarra a las pastillas como si le fuese la vida en ello, y una rotura de cadena que se soluciona con el troncha y un eslabón de repuesto. Ascenso lento y duro, con tramos de pendientes bastantes pronunciadas y mucho barro que hacen aún más dura, si cabe, la subida. Tuvimos que poner el pié en tierra en varias ocasiones, alguna de ellas para contemplar alguna parcelita por la zona, y bordear algunos tramos del camino principal que estaba impracticable de piedras, agua y barro, para finalmente coronar el puerto por una senda de subida bastante divertida. Llegada al puerto, otra foto de grupo y lo que sería el despiste de la jornada: Víctor decide desprenderse de algo de peso para afrontar los últimos kilómetros de la jornada, y deja la mochila en el puerto, aunque luego, una vez llegamos al parking de la estación de Cercedilla, recuerda los buenos momentos que ha pasado con ella, le entra morriña, y decide volver a por ella.
Rápido paseo de Cotos a Navacerrada donde, por fin, aparecían los primeros claros de la jornada que permitían ver unos paisajes ciertamente espectaculares de los valles al norte de Navacerrada.
Bajada desde el puerto de Navacerrada hasta la estación del tren por la pista, por llamarla de alguna forma, del telesilla. Algunos tramos montados, otros a pie y extremando la precaución por unos peldaños, de los llamados asesinos, que se preparaban para hacernos la zancadilla en el momento que nos descuidásemos un poquito. Alguno se descuidó y... acabó con las posaderas en el suelo.
Bajada rapidísima por el valle de Navalmedio, no sin antes discutir si hacerlo por el camino marcado en la ruta o por otro más angosto que para algunos parecía mucho más apetecible. Se despeja la duda cuando se comenta que nadie sabe con certeza hasta dónde puede llegar la trialera. Entre piedras, alcantarillas, pedruscos enormes y agua, mucha agua, que hizo que nos pusiéramos, algunos, de barro hasta las orejas (literalmente), cruzamos el río que da nombre al valle y un poco más adelante, decidimos hacer la que sería la última parada de la jornada. Entre risas y comentarios jocosos, por la pinta que el barro había dejado en nuestros ya maltrechos cuerpos, fue apareciendo el resto del personal. Otra vez agrupados, finalizamos la bajada hasta Cercedilla, dónde dimos por finalizada la ruta, comentando las vicisitudes de la jornada entre cervecitas y aperitivos varios.
Una pena que el tiempo no acompañara y que no pudiésemos contemplar algunos de los mejores paisajes de las sierra. Aún así, ruta espectacular como pocas y una magnífica compañía.
Hasta la próxima.
JJ
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(escrito por Juanjo)
