Cuando se circula por la A2 y una vez alcanzada la altura de Torija todo el panorama es un llano con ligeras ondulaciones del terreno y algunas encinas, todas ellas pequeñas,  lejos de sus milenarias hermanas extremeñas. 

Fue allí, en estos campos donde, hace casi 75 años, el ejercito italiano quedo atascado con sus carros de combate Ansaldo después de un largos días de diluvio continuado,  embarrados hasta las cejas y cada soldado abandonando sus pertrechos en una alocada carrera de huida hacia el Este para salvar la vida. Aquella victoria permitió a Madrid mantener la línea de combate estable en el Manzanares y sobrevivir hasta el final de la guerra sin ser tomada por los rebeldes.

Algo lejanamente parecido nos encontramos en la ruta del domingo,  eso si, … nosotros no somos italianos, ni salimos huyendo.

A las 8:15 quedamos todos en el pueblo de Algora donde dejamos los coches y no sin alguna tiritona por el frio que hacía pusimos manillar hacia el este con destino a Pelegrina. El Sol nos esperaba en el alto de la Hoz de Pelegrina, justo al comienzo de la bajada hasta el rio donde la ruta, que discurre en umbría en aquellas tempranas horas, tenía importantes zonas de nieve helada lo que  nos obligó a bajar con la bici en la mano a casi todos.

Después de Pelegrina nos encaminamos por bella Hoz de Rio Dulce, camino del Cid, también donde hace más de 30 años Felix Rodriguez de la Fuente filmó los programas de rapaces y tenía un criadero de lobos, hasta llegar en poco tiempo minúsculo  pueblo de La Cabrera y al poco rato hasta Aragosa.  Aquí  las bicis ya se encontraban totalmente embarradas, el sol había derretido el agua que permanecía congelada en los caminos y el barro comenzaba a tener la palabra. La fuerte subida de Aragosa a Mirabueno se mostró doblemente dura debido a la  cantidad de barro, que sin impedir el avance, dificultaba el rodar demandando un profundo esfuerzo a cada pedalada.

Sobre las 12:30 llegamos de vuelta a Algora donde unos cuantos fueron a la fuente-pilón a lavar las bicis y otros a reponer fuerzas al Club social ya que en este pueblo no quedan ya los bares y restaurantes que aún hoy,  con un poco de atención, se puede ver que nutrían la bien recordada N-II e incluso se diría que en el ambiente todavía queda algo de las legiones de Escipión, Pompeyo y Sertorio  que atravesaron la todavía por nacer,  via Augusta a la Lusitania.