No tengais miedo, el nombre de la ruta no presagia lo que quiere decir. Además, sirva como máxima, que; no hay que tener miedo a nada, salvo al propio miedo. Así que los 18 gladiabikers nos adentramos en el espesor del castañar, dispuestos a afrontar cual fuera de las dificultadades, que en principio, y según nuestro Regidor, eran muy duras, y que tan solo quedó en ESPECTACULAR, PARADISIACA y de BELLEZA EXTRAORDINARIA. Al poco de haber inciado la ruta, tuvimos el primer pinchazo, aún no habíamos iniciado el ascenso, nos encontrábamos en el epicentro del castañar, así que entranto los mecánicos daban solución al incidente, los demás disertábamos sobre el bien y el mal, gozando del privilegio de estar en el lugar, dónde los sentidos se hacen más humanos. Resuelto el incidente, iniciamos un primer grupo el ascenso, presionados por lo de siempre, el amor propio y la naturaleza de cualquier gladiabiker. Tal era la concentración, que ningúno de los tres portadores de GPSs, se dieron cuanta de que habíamos cogido el camino equivocado, y subimos la cuesta como si el mismísimo Lucifer nos estuviera arreando, hasta que por fin, Valentín salió del "shock" y nos dijo; vamos mal, nos hemos equivocado. Así que dimos la vuelta y zumbando regresamos al cruce dónde nos habíamos equivocado, allí nos encontramos con unos senderistas a los que yo pregunté; ¿ han pasado por quí unos ciclistas.? Sí, respondieron, se han ido por ahí, así que pusimos al máximo nuestras potencias y al llegar al siguiente cruce pedimos reagrupamiento; faltaban cuatro. Yo dije: ellos han seguido, estoy seguro, pero no me hicieron ni puto caso, igual que en mi casa. Dani bajó en busca de los cuatro desaparecidos, gritando...... Victor ....., pero se volvió sin respuesta, hasta que por fín, iniciamos el ascenso de nuevo. Tengo que volver a insistir, que el paraje era de órdago, además sin cobertura de teléfono, como debe ser, eso lo hace auténtico y natural.
Finalmente, encontramos un punto dénde pudimos localizar a Víctor por tlfno., nos dió su posición; ya estaba en la cumbre; él pensó que nosotros no habíamos pensado en él, y es que con la bici pasa como con las mujeres, que no pensamos correctamente, ya lo dice la canción: A la mujer cuando se agacha, se la abre el entendimiento, y al hombre que lo vé, se le para el pensamiento.
Nos quedaban unas rampas hasta coronar la cima, dónde nuestro amigo Wulli, en una de esas caídas rocambolescas, se clavó el manillar en las costillas, rápidamente fué Charli a socorrerle, y decirle que no se preocupara, que en último caso nos comeríamos el costillar del navero a la brasa; Wulli palidecía ante tan buen samaritano.
Otro pinchazo retrasó más de lo previsto esta ruta, e hizo que Javi, Javi Ignacio y Chema, regresaran al punto de partida deshaciendo el camino, y se perdieron probablemente una de las mejores rutas que hemos hecho, tanto es así, que a punto estuve de caerme por mirar el paisaje, pero bien merecida caída hubiera sido. Con esto quiero decir, que esta ruta hay que volver a hacerla.
Y para terminar, las cervecitas de costumbre, aunque rápidas porque ya era tarde, con unos garbanzos con callos que estaban de la órdiga. Esto es todo, amigos. by ángel (escrito por Ángel) |
caídas en la ruta: (1)
pinchazos en la ruta: (1)
averías en la ruta: (0)
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