DATOS DE LA RUTA
HORA DE SALIDA: 08:36
HORA DE LLEGADA: 13:41
TIEMPO DE PEDALEO: 02:30
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 05:5
DISTANCIA RECORRIDA: 40.6 Kms.
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual
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ASISTENTES: (12)
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caídas en la ruta: (0)
pinchazos en la ruta: (0)
averías en la ruta: (0)
En busca del señor de negro
La verdad es que ya suena a tópico, está muy manido y deberíamos sugerir al Alcalde una norma al respecto, pero mientras tanto yo también me voy a aprovechar de ello para el comienzo de la crónica, además, expresan fielmente los sentimientos del cronista.
Y es que el reencuentro con el grupo en la nueva temporada es un momento de sentimientos encontrados, agridulce para mí, ya que voy recibiendo las "condolencias" de mis amigos e inevitablemente recuerdo a mi blanquita, e intuía que más la iba a recordar a lo largo de la ruta en las subidas y por supuesto en las bajadas. Y mientras, pensaba ¿quién se atreverá? ¿quién romperá el hielo? ¿quién?, después de las condolencias me dirá... lo siento macho y además te toca la crónica. Pero esta vez, quizás por lo incipiente de la temporada nadie se había preocupado de ello e incluso le podría haber transferido tal honor al protagonista de la jornada, Fernando Rodríguez, que andaba un tanto despistado y asumía tal responsabilidad.
Pero bueno, vamos al meollo de la ruta, despues de los saludos iniciales, los abrazos y las charlas nos vamos al tajo, la subida desde Cercedilla por la calzada romana hasta el mirador de Vicente Aleixandre. Ésta es tendida y conocida, pero a pesar de varios puntos de reagrupamiento y control, sirve para conocer el estado de forma de cada uno y no, no es malo, se nota que este verano no se ha parado y todo sigue más o menos igual, el grupo de aventajados con los Javis y Rafa Garcia tirando fuerte, y un Dani al que le gusta llegar arriba y volver a acompañar a los rezagados.
Aquí ya vemos que Fernando Rodríguez viene tocado, su mala cabeza le ha hecho olvidar el agua y ya tiene media pájara o pájara y media, como compruebo en el Puerto de la Fuenfría al acompañarle hasta el collado de Marichiva, donde nos avituallamos y hablamos de lo humano y lo divino, de la conveniencia o no de las Tubeless, que si una clase magistral de como generar una tubeless "made-in-china" que no nos convence en absoluto, que si Valentín todo lo tiene grande y a pesar de ello no encuentra su plátano... en fin, los que no habéis estado ya sabéis, lo de siempre.
Cuando nos ponemos en marcha, sorpresa, la bajadita trialera por piedras está con bastante tierra lo que ya despierta el interés de los escaladores para hacerla en sentido inverso y mientras los descenders esperan al resto, Dani, nuestro experto en explosivos, se entretiene en colocar unas minas anticarro del 7 que tenemos que esquivar como podemos (mejor ver foto de minas).
Y es aquí, cuando cometemos el error de la jornada, dejamos marchar solo al de la pájara, para supuestamente encontrarnos en la valla del cerro de las Campanillas. No hay pérdida, tú vete por aquí y así no tienes que subir. Lo que no sabemos es que Fernando es muy hábil encontrando rutas alternativas inexistentes y ya la hemos liao, cuando llegamos a la dichosa valla y no está el susodicho, empieza a cundir el pánico. Que si no hay cobertura, que si ya debería estar, que donde está, que mecagüen que otra vez que llegamos tarde. Por fin conseguimos contactar y nos dice que está en un alto y ve Cercedilla... jua, jua, jua, hay apuestas, a que se va a San Rafael o a El Espinar... pero ¿le has preguntado si ve el mar? bueno, pues nada, que nos vemos en Cercedilla, así que tras una larga y entretenida espera en la valla ya nos vamos directos al Arcipreste de Hita por el sendero trazado, que como de costumbre Juanjo se empeña en subir montado a toda costa. Esta vez no hay problema, hemos seguido fielmente el track todos juntitos y no nos permitimos más bajas en el grupo, y como hay prisa, pasamos de largo por las rocas del Arcipreste.
Y nada, bajada rápida a Cercedilla y sí, misteriosamente ahí que está esperando nuestro buen amigo perdido. No sabemos como lo ha hecho, ni donde ha optado por atajar, pero es una suerte no tener que complicarse la vida en ir a buscarle a quién sabe dónde.
Fin de ruta, todos a casita y como se dice en mi empresa dos lecciones aprendidas:
- Nunca dejar que se vaya uno solo, por muy fácil que sea la pista, siempre existirá Murphy.
- Recoger los números de móvil de los integrantes del grupo
P.D. Sniff, sniff, sigo echando de menos a la blanquita.
(by Javi Iglesias)
(escrito por Javi Iglesias)
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