DATOS DE LA RUTA
HORA DE SALIDA: 08:42
HORA DE LLEGADA: 13:26
TIEMPO DE PEDALEO: 02:54
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 04:44
DISTANCIA RECORRIDA: 40.5 Kms.
TEMPERATURA MEDIA: 11.0 ºC ( mín.: 11.0 ºC máx.: 13.0 ºC ).
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual
OBSERVACIONES: La rotura del cambio de la bicicleta de Ángel Fernández nos hizo perder mucho tiempo y que el grupo se dividiera en varias fracciones y, al final, sólo unos pocos pudiéramos disfrutar de una cervecita post-ruta.
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ASISTENTES: (26)
caídas en la ruta: (2)
pinchazos en la ruta: (0)
averías en la ruta: (1)
¿Quiénes somos?.
Ante todo somos un grupo de amigos con una afición común: la bicicleta de montaña.
Hacía mucho que no me despertaba de noche para coger la bici. Tampoco tenía mucho mérito, tocaba ruta en casa, en Moralzarzal, dura y divertida, subiendo unas cuantas de las mejores cuestas que tenemos en esta parte de la sierra. En todo caso, como estoy muy sensible y este mundo que conocemos se va al carajo, voy a realizar una serie de reflexiones sobre algunos asuntos que se plantearon a lo largo de la ruta. Y como tales deben tomarse, opiniones personales realizadas sin ninguna pretensión de ser mejores o peores que otras. Por eso la voy a denominar CRONICA-REFLEXIÓN.
La cosa empezó subiendo el cerro del telégrafo, subida que se puede hacer con el plato mediano y que te da una idea bastante aproximada de tu estado de forma ese día. A lo lejos se oían los disparos de algunos cazadores, definitivamente esta gente no me gusta (Alfonso JDT) creo que tienen una clara relación de animadversión con las bicicletas. Y con honrosas excepciones (supongo que algún cazador tenemos entre nosotros), se consideran dueños del campo no por ser más listos, más fuertes o más rápidos, sino por llevar una escopeta. Mala cosa.
Coronamos la primera dificultad del día, el cerro del telégrafo, sin incidencias apreciables. Corría un aire frio que no nos permitió disfrutar mucho del telégrafo rehabilitado que pone nombre a este monte. Por eso nos pusimos rápidamente en marcha y comenzamos el descenso hacía Collado Mediano por un camino bastante roto, pero sin dificultad técnica (para solaz de algunos). Enlazamos por carretera hasta el inicio de la segunda dificultad del día, la subida al Cerro del Castillo. Debido al gusto que estamos cogiendo a las variantes, lo hicimos por la otra ladera, este camino me gusta mucho, se ve la otra cara de la sierra, y aunque te pierdes algunas cosas (sobre todo el mirador que está en la otra ladera), merece la pena conocerlo. Otra ventaja es que fuimos resguardados del viento que por momentos arreciaba ¡¡hombres de poca fe!!.
En la bajada, Angel se nos perdió, aunque había muchas teorías; unos ponían en duda sus dotes para orientarse, otros aludían a su afición por los faxes, lo cierto es que había parado para ayudar a un pequeño grupo de ciclistas que nos fuimos encontrando en diferentes momentos del día. ¿Quiénes somos?.
De nuevo reagrupados, cruzamos el pantano de Navacerrada e iniciamos el acercamiento hacia Mataelpino, por unos senderos ya conocidos pero que no dejan de ser bastante divertidos. Desde este pequeño municipio existen dos alternativas para llegar a la última dificultad del día, bautizada como la subida de la Copa del Mundo (pues hace años por allí transcurrió esta carrera), lo que no es sino otro episodio de la eterna cuestión entre subidas y bajadas. Para mí esta disyuntiva no existe, una de las mejores cosas que tiene este deporte que tanto nos gusta es permitirte explorar caminos con total libertad, sin pensar mucho en las dificultades que puedas encontrarte ya que, en un elevado número de ocasiones, nuestras bicis pueden afrontarlas (la bici, pasa). Total, todos nos fuimos por la parte del sendero menos Victor y su creciente pánico a las piedras. Sobre este particular, me parece que a fuerza de evitar cualquier tipo de bajada con un poco de dificultad, se va perdiendo la costumbre y la destreza para realizarla. No se trata de tirarse por un cortafuegos, sino de intentar realizar bajadas razonables para la mayoría. Creo que la cara de satisfacción de la gente al llegar al final de la bajada es un veredicto suficientemente explícito. A todo esto, pensando que Victor venía por donde todos, Maxi, Dani y Angel (Navas) se quedaron esperándole. ¿Quiénes somos?.
Aquí la cosa se empezó a complicarse. A Angel (Navas) se le torció la patilla del cambio. La reparación duró UNA HORA. A los que estábamos allí, nos dio tiempo a hablar de todo, entre otras cosas pude contarle una fábula a Charly, al hilo de que su bici no iba bien aunque la cuidaba como a un hijo. Es la que sigue:
“Una gaviota se presentó en la corte del emperador de China, y éste dispuso que la colmasen de honores. Al poco tiempo, el ave murió, y todos se sorprendieron porque la habían mimado como una reina, sin comprender que su muerte se debió a que no la trataron como a una gaviota” (Zhuang Zhou, filósofo taoísta).
Volvamos a la avería, los "mecánicos", Juanjo y David, gente increíble, lo intentaron de mil formas. Los demás, intentando amenizar el rato, resistieron estoicamente. Esto hace que el Club, cuando es fiel a su ¿quiénes somos? sea único e inigualable. Obviamente este tema será objeto de discusión. Hubo gente que partió de allí sin esperar. Vale, no creo que tenga sentido que 26 ciclistas estuvieran parados en el lugar de la reparación. Pero si me parece que buscar las mejores alternativas debe ser una labor de todos. A lo mejor si el grupo de delante tira sin parar y trae un coche lo habíamos resuelto bastante antes. No sé. Es posible que mientras seguíamos allí hubiera gente que ya estaba en el coche camino de su casa, para mí eso no es muy normal a no ser que salgas a montar en bici con un grupo de extraños. ¿Quiénes somos?.
A partir de aquí sólo puedo contar la crónica del retén que nos quedamos con la bici averiada y su apesadumbrado dueño. Los mecánicos, después de muchos esfuerzo y la dirección de obra adecuada, consiguieron poner la cadena en piñón fijo, pero a la primara dificultad la cadena dijo basta y se rompió. La solución que se nos ocurrió fue tirar de la bici con una cámara enganchada. El primero Goyo, que a pesar de andar un poco cascado siempre está ahí cuando hay que ayudar. Y Adolfo, otro tanto de lo mismo. Al hilo de todo esto me surge otro pensamiento, sobre Maxi y Victor, y no se refiere al trabajo de la página, planificación de las rutas etc., sino al enorme mérito que tiene preocuparse en todas las rutas de todos los componentes del grupo, incluido el último. ¿Quiénes somos?.
Total, que dejamos a Angel en la carretera muy cerca del núcleo urbano y nos tiramos a toda pastilla a por la furgoneta que estaba en el punto de encuentro. Me retrasé un poco para darle a Angel las últimas instrucciones sobre el punto de recogida a Angel y luego ya no pude enganchar con los de delante...¡¡como irían!!.
¿Quiénes somos?. Ante todo somos un grupo de amigos con una afición común: la bicicleta de montaña.
(escrito por Álvaro Sánchez)
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