DATOS DE LA RUTA
HORA DE SALIDA: 08:58
HORA DE LLEGADA: 11:52
TIEMPO DE PEDALEO: 02:12
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 02:54
DISTANCIA RECORRIDA: 34.8 Kms.
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual
OBSERVACIONES: Problemas con la cadena de Alejandro que volvió al punto de origen para luego encontrarnos en la presa de Picadas.
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ASISTENTES: (19)
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caídas en la ruta: (0)
pinchazos en la ruta: (0)
averías en la ruta: (1)
La verdad es que buscar un nombre para esta crónica ha sido complicado, inicialmente pensé en la ruta de las sorpresas, pues como podréis comprobar a lo largo de la primogénita de mis crónicas, la ruta del pasado domingo 24 de febrero estuvo plagada de ellas...
Empezamos la ruta con la primera SORPRESA!!!! Si, ahí estaba yo, después de casi un año de ausencia reapareció Fernando con su amigo Juantxo, que se incorpora a la disciplina del grupo y de su excelentísimo Alcalde.
Claro que para sorpresa la que me dio el susodicho cuando me dice:
- Coño Fernandito! Que bien! te toca crónica
- Que???
- Si si, ahora cada 20 rutas, crónica
Y aquí estoy, aporreando el teclado, mi primera vez. Oiga doctor y esto… ¿me dolerá mucho?... ¡Va por ustedes!
Sorpresa porque apenas hubo incidentes, excepto el plato pequeño del pobre Alejandro que tuvo que abandonar la ruta en sus primeros compases, ya que su cadena saltaba más que los millones de Bárcenas de cuenta en cuenta.
Sorpresa también en el mercado inmobiliario, no se si por la crisis o la timidez de los mercados, pero la compraventa de parcelas el domingo estuvo más parada que la cinta de equipajes del aeropuerto de Castellón.
Sorpresa, porque era la primera vez que realizábamos la ruta y la verdad es que se trata de una ruta de paisajes espléndidos, donde ni bosque ni dehesa, sino bosque-adehesado
en palabras del propio Alcalde, hacen las delicias del ciclista que se adentra por ella.
La ruta se inicia con un par de fuertes pendientes, que así como desayuno a primera hora se hacen un poco duras. Afortunadamente terminan cuando se empiezan a atragantar y da comienzo una sucesión de bajadas rápidas, donde lidiar con las profundas zanjas y los abundantes charcos, son el único problema técnico que plantean. Ay! los charcos… luego me explayo con los charcos…
Sorpresa, por la cantidad de asfalto sobre el que pedaleamos, yo creo que entre el resto de rutas no hay tanto asfalto como en esta, aunque a mi que ya sabéis que de vez en cuando me paseo por Chueca, tampoco me importó lo más mínimo.
Sorpresa porque por primera vez en mi vida de club de campo, estuve en una RECTA!, ni parriba, ni pabajo, ni derecha, ni izquierda, todo recto y un por buen rato. Ocasión que aproveche para asociarme con Alfonso y su rueda blanca, un poco Chuequera todo sea dicho. Asociación que consistió en que Alfonso fuera delante toda la recta quitándome el “molesto” viento de cara y que yo le diera unas palmaditas en el hombro cuando paramos al final para esperar al resto… ;)
Subida por un puertecillo y bajada revirada al embalse de Picadas, que bonito el barranco a continuación de la presa y el embalse de aguas gélidas repleto de intrépidos piragüistas (siempre quise escribir una ü en una crónica).
A partir de este punto la ruta coincide con la vía verde, transcurriendo por la orilla del embalse en un paraje altamente recomendable para pedalear en familia e introducirse en el mundo del ciclismo de montaña, con pasadizo del terror incluido, es decir, un ex-túnel ferroviario plagado de piedras donde al final “se ve la luz”. Cuidado con los puentes sobre el pantano porque faltan algunas barandillas, a ver si por esquivar un charco (malditdos charcos), acabamos en el charco grande, o sea en el pantano.
Finalmente después de tanto rollo he decidido bautizar la ruta como natación sincronizada en el embalse de San Juan, porque a falta de otra anécdota más graciosa que contar, no me queda más remedio que arremeter contra mi mismo y otro par de compañeros (David Verdes y David Martínez), que protagonizamos la bravuconada o más bien tontería del día:
La ruta del domingo tenía muuuuchos charcos, y en concreto había un charco que era la madre de todos los charcos, ocupaba todo el ancho del camino. Rodearlo suponía además del aberrochamiento, ponerse de barro hasta las orejas, de ahí que tres valientes, a la postre el equipo de natación sincronizada, decidiera aventurarse a cruzar el charco, para descubrir que el charco a parte de tener placas de hielo, era profundo de cojones, por lo que es de agradecer que los tres fuéramos capaces de salir del lance con solo los pies empapados.
Lo de sincronizada, viene porque curiosamente ninguno de los tres coincidimos en el momento del cruce del "océano".
El resto de la ruta con los pies calados y sensación térmica bajo cero, os podéis imaginar…
P.D. Un placer reincorporarme al grupo y al ambiente tan sanote que como siempre se respira en el. Para variar no me quedé a las cañas, por que soy un rancio y porque mis pies no estaban para cañas sino para un baño calentito. Afortunadamente el lunes me desperté con todos los dedos de los pies en su sitio y con un colorcillo mas o menos saludable, espero que el resto del equipo de natación sincronizada también se encuentre en perfecto estado.
Un abrazo, Fer.
(Fernando Pérez)
(escrito por Fernando Pérez)
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