Pues la verdad es que me siento bastante afortunado, las crónicas que tengo que hacer son en general de rutas de las que no se olvidan, y no por la cantidad de anécdotas en la que los esforzados asistentes gustan de enmarañarse con, sino porque mis anteriores rutas fueron el Pico del Lobo y los Pueblos Negros, buena ruta ésta la del Nevero para cerrar una trilogía. Porque la de Navafría del pasado Domingo pasa junto a las anteriores con todo derecho a mi top de rutas.
Bien, como en los viejos buenos tiempos ... llego tarde de narices a la ruta, reitero mis disculpas a todos los que madrugaron como era necesario. Al menos David Martinez creo que llegó unos breves minutos antes que yo, y entre esto y la alegría de tener un cronista se explica la levedad de la bronca por mí recibida. En mi descargo diré que monté la bici en tiempo record y que ya estábamos enseguida trece valientes pedaleando por Navafría.
Ninguno de los anfitriones navafrescos se nos pudo unir esta vez, celebraciones varias entendemos que nos privaron de su compañía; o quizás se temían la subida al Nevero que había preparado Victor, posiblemente confundiéndola por la muy dura pista directa, cuando nuestro camino resultó ser mucho más liviano. Luego un par de cifras al respecto.
Subimos a Las Barrigas por Los Chorros, me da cierta pena ver ese parque semi-abandonado, tantos momentos he pasado allí de chaval en aquel laberinto de maderas donde ahora hay tirolinas que ninguno nos atrevimos a pasar sobre la bici (ciclogayers todos). La subida a Navafría por aquí es un regalo, pistas en muy buen estado -solo algún tramo pedregoso para no aburrirse- pero sobre todo paisaje y mucha sombra, es mucho más agradable subir por aquí que por la antigua piscifactoría. En la ruta original esto se hacía en bajada lo que impide llenarse la vista con el entorno, es sin duda un tramo que se disfruta mejor en subida y protegidos además del Sol que al revés.
Hacia el refugio de Regajohondo la primera incidencia, Javi Sanchez quema su pedal derecho, tras varios intentos de reparación y de pseudo-ayuntamientos carnales entre los cuarentones y los en-cuarentena, la locomotora dual pierde una unidad (o eso creemos en ese momento). La subida a las Barrigas tiene como testigo una lucha digna de los Keystone Cops: Victoriano y Javi Iglesias se enzarzan en un duelo más propio de Berlanga ante la atónita mirada de Javi Ignacio; la otra locomotora qué, descolocada por la falta de su par y por el espectacular duelo permite que nuestro alcalde pueda re-editar viejas glorias en una subida.
Como anécdota diré que mientras subíamos en una segunda unidad, nos adelanta el que pensábamos huido Sr. Javi Sanchez, que se ha dicho que eso de volverse a casa por un pedal roto es de Mari-bikers, y que con un pedal bueno (el pedal roto mantiene su eje, pero está suelto sobre el mismo) a él le basta. Nos agrupamos todos en Las Barrigas para la parte final de la subida al Nevero (que lamentablemente se perderá Javi, que tendrá que disfrutarla en las fotos, como os recomiendo que hagáis muy pero que muy mucho a todos los que no habéis podido venir. Rafa ... ésta la hubieras disfrutado)
La subida directa al Nevero desde Las Barrigas es menos dura de lo que creíamos, tiene además un pasaje magnífico, un balcón horizontal sobre un barranco que hizo que prácticamente todos nos parásemos solo a mirar el paisaje; el día claro y la temperatura calurosa pero sin agobiar (a 2000 metros de altura) ha hecho del Domingo de ayer el día perfecto para una ruta Somoserrana (o Guadarrámica) como ésta. Una lengua de nieve además nos ayudó a soltarnos unas buenas risadas ante patinazos, caidas y amariconamientos varios; Javi Ignacio y Miguel Sánchez fueron los únicos en poder atravesarla sin poner pié, rodilla o casco en la nieve. La parte final de la subida al Nevero es dura pero totalmente asequible, además es un pico muy curioso, ya que aun siendo de los más altos de la sierra, no es escarpado en absoluto, lo que no desmerece las fabulosas vistas que desde él hay.
En lo alto del Nevero a disfrutar del paisaje, que es uno mejores oteros de la sierra aunque en su tramo final sea empinado pero muy asequible, la vista es magnífica sobre todo del valle del Lozoya; el lugar está lleno de montañeros y paseantes varios con los que hablamos sobre senderos y posibles variantes. Como Javi Sanchez nos espera en la pista bajamos tras las fotos de rigor por la pista directa de subida al Nevero. Esta pista merece comentarios aparte. La pista directa al Nevero sube un desnivel de 400 metros en algo más de 4 km, de hacerla entera sería una subida durísima con tramos muy complicados, rampas que unos valientes se estaban trepando mientras nosotros los bajábamos (actividad mucho más descansada). Nos queda a todos muy claro que esta subida directa, aunque de vistas mucho menos agradables que la que ayer hicimos, *hay* que hacerla antes o después.
Recogemos a Javi que estaba a punto de dormirse, más fotos, chistes y acabamos la bajada de la pista hasta llegar al mismo puerto de Navafría. Allí la teoría hablaba de una bajada rápida y directa hasta las cervezas; nada más lejos de la realidad: En la bajada final comienza el rosario de incidencias: Primero nuestro alcalde pincha una rueda, a este pinchazo se añade el de David Martínez y una avería en las calas de Miguel Sánchez. Parados en diferentes grupos y sin cobertura para organizarnos tardamos una eternidad en reagruparnos todos y acabar la bajada, lo que nos costó hacer multitudinarias las cervezas. Como anećdota diré que mi OruxMaps ha registrado en el tramo final de asfalto después de la piscifactoría abandonada, un pico de 86km de velocidad ... Glubs, o es un error o ese es mi record so far.
De todos modos la pista de esta bajada final no es mejor que el tramo de subida, muchos comentamos que la ruta es mucho mejor en este sentido inverso, y me da la impresión que si alguna vez volvemos a hacerla en el sentido original, será solo para hacer la subida directa al nevero (complicado abordarla si pasamos antes por Las Barrigas). Una particularidad de la ruta, es que es muy dura pero no es dañina en absoluto. Se sube mucho pero apenas hay muros, de hecho sin ir yo siquiera en el grupo con los desatados de delante, mi OruxMaps me ha marcado una velocidad media de 14,73 km/h si le quito los tiempos que estuvimos parados. Esto lo permiten la falta de muros en las subidas y tambien en las bajadas rápidas que hay.
De reseñar que en el tramo final por la Cañada Real que Parcelius, el semi-desconocido Dios de las Caidas Ciclistas, ese que traza con torvo gesto por las noches torrenteras, hoyos y roderas varias estuvo a punto de hacer comulgar a Javi Ignacio con sus desagradables ritos; Miguel Sánchez que venía detrás en cambio, no puedo escapar y le presentó sus oraciones a la malhadada deidad.
Ya en la plaza del pueblo, sesión de despedidas y cinco afortunados nos pudimos tomar bien ganadas cervezas. Como conclusión diré que la subida al Nevero, aunque menos dura que el Pico del Lobo o el Mondalindo, es igual de gratificante y pasa por derecho a las rutas de alta montaña. (escrito por Emilio) |