DE PEGUERINOS A CUEVA VALIENTE, PASANDO POR EL PICO DE ABANTOS Y LA NARANJERA.
Domingo de madrugar. Toca desplazarse hasta Peguerinos, en los lindes con la provincia de Ávila, de manera que en CdC se queda a las 6:45 de la mañana. Yo quedo con Juan a las 7:15, permitiéndonos dormir media horita más, que se agradece bastante. Llegando al punto de salida se observa un estupendo paisaje, dando imagen de lo que sería la tónica de la ruta. En Peguerinos esperan los llegados de CdC: Adolfo, Javi Sánchez y Javi Ignacio; los llegados del Sur: Flu, Arrrrrrfonso y Perico; dos desarraigados por su cuenta: Emilio y Javi Iglesias, y los venidos cómodamente de Las Navas, a tiro de piedra: Víctor, José Sánchez, Alberto y Pablo. Seremos 14 ciclistas en total.
La ruta comienza por pistas asfaltadas hasta el Embalse de La Aceña, con un rodar cómodo. Llegados al embalse tomamos un camino a la izquierda, según cruzamos la presa. Comienza el ascenso hacia el Pico de Abantos, saliendo del camino, tras unos kilómetros, a la carretera que une el Puerto de Malagón, Peguerinos y El Alto del Leon. En el lugar se alza la Casa de la Cueva, construcción en piedra bastante típica de montaña que en la actualidad se explota como alojamiento rural. Continuamos camino hacia Abantos, por la carretera, de la que nos deviaremos más adelante. Previamente nos encontramos con la Fuente de Las Negras, con un área recreativa en torno a ella, donde unos turistas en una caravana estaban desayunando, con un olorcillo a tostada que daban ganas de bajarse y llamar a la puerta.
Nos desviamos de nuevo de la carretera a la altura de las Rentas de Robledondo, tomando una pista a la izquierda que supone la primera variante sobre la ruta original. Resulta tener un firme ciclable, aunque hay quien no opina lo mismo. Algunos subimos montados, otros desmontan por la mitad. Lo cierto es que el inicio de este camino arroja tres rampas de una dureza "Víctor Cabrón" como mínimo. Se llega a la GR-10, a la altura de Los Tientos, y vamos a la derecha hacia el Pico de Abantos, por el camino que más tarde realizaremos a la inversa para ir hacia La Naranjera. En el Pico, como es habitual, disfrutamos de las vistas y hacemos una foto de grupo, lo que pedimos a dos bikers despistados andaban por allí.
Seguimos la GR-10 hasta La Naranjera, pasando por Los Pozos de las Nieves. No dejaremos esta senda hasta la Portera del Cura, donde nos desviaremos a la izquierda. Antes de eso, subimos a las peñas que nos ofrecen un vista inigualable y diferente del Valle de los Caídos y el llano hasta Madrid. Al desviarnos a la izquierda, tomamos una senda en descenso muy divertida, donde Juan se pega un Ostión con mayúsculas (mortal con doble tirabuzón), pero sin consecuencias graves. Arriba con él (íbamos a echarle unas ramitas, pero como empieza las vacaciones...), algo de betadine y sobre la bici otra vez. Llegamos a la Cañada Real Leonesa, a la alura del campamento Peñas Blancas, lleno de chavales a estas alturas del verano. Tomamos el camino que cruza el campamento, donde se hace necesario esquivar un autobús aparcado justo sobre la entrada de la senda, y cuyo conductor casi nos vacila: matarlo no, pero unas ostias....
El paisaje, excepcional durante toda la ruta, se vuelve todavía más espectacular, tornándose la senda en sendero y discurriendo en ascenso a través de un pinar con bosque de helechos muy bien conservado. Cruzamos el Arroyo de Collado Hornillo, hacia el Camping de Peguerinos, de gran tamaño y con una elevada ocupación. Desde aquí iniciamos la dura ascensión hacia el Collado de la Gargantilla y Cueva Valiente, atravesando la puerta de entrada a un nuevo y espectacular pinar de la que sólo poseen llave los vecinos de Pequerinos. Curiosa pero efectiva forma de conservación del territorio. Se suceden las primeras rampas por sendas amplias y de buen ciclaje, dando paso a un sendero que atraviesa el bosque, con una pequeña represa a nuestra derecha que aporta frescura al paisaje.
Desde el Collado de la Gargantilla, lugar de paso en otras rutas realizadas, se inicia la subida hacia Cueva Valiente, de una dureza importante. La subida se ha econtrado antaño asfaltada, firme que en la actualidad presenta un estado de abandono que favorece la conservación del paisaje, pero nos hace maldecir al que se le ocurrió la idea. Hay partes de la ascensión con el camino totalmente descarnado, lo que nos hace echar el pie a tierra a todos al menos una o dos veces. A mitad de camino, desvío señalizado a la derecha, que no tomamos, hacia el Collado del Hornillo, lugar también común con otras rutas y situado sobre la Cañada Real Leonesa que hemos dejado atrás unos kilómetros antes. En la parte final de la ascensión, caída de nuestro querido Alcalde, sin consecuencias graves: magulladuras, nada más. En el alto, vistas espectaculares de la sierra y de los llanos en todas direcciones, pequeño refugio de montaña con diseño peculiar pero efectivo en los presumibles duros inviernos en esa zona, y foto de grupo.
Una vez de nuevo en el Collado de la Gargantilla, y habiendo bajado con buena precaución desde la cima, tomamos un sendero que nos llevará a Peguerinos a través de El Chuvieco y Cañada Mojada. Verdaderamente espectacular: divertido y ciclable, a través de un nuevo pinar y con el agua del Arroyo del Chuvieco fluyendo a nuestra izquierda la mayor parte del camino. En varios puntos el sendero se abre en pradera, dando lugar a un paisaje ganadero de alta montaña, con pasto, vacas, bucólicos pastores...; no, estos últimos no estaban. Antes de llegar de nuevo a Peguerinos, una última incidencia. La suspensión delantera de la bici de Alberto, de Las Navas, decide que ya está bien de tanto salto, y se rompe, comenzando a perder aceite (el dueño también pierde algo de eso), y generando una incomodidad importante al inquilino de la bici. Previamente Víctor les había explicado a él y a Pablo que con prudencia las bicis no se rompen (¿será algo cenizo?).
Llegada a Pequerinos, recogida de bártulos y despedida a los que se van de vacaciones en agosto. Algunos se quedan a tomar "una rápida", que se convertiría en algo más cuando comenzase a correr el choricito y otras viandas. Otros vamos haciendo camino de vuelta. Por las cosas de montar.
David. (escrito por David Verdes) |
caídas en la ruta: (2)
pinchazos en la ruta: (0)
averías en la ruta: (1)
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