DATOS DE LA RUTA
HORA DE SALIDA: 08:37
HORA DE LLEGADA: 12:28
TIEMPO DE PEDALEO: 02:29
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 03:51
DISTANCIA RECORRIDA: 28.7 Kms.
TEMPERATURA MEDIA: 15.0 ºC ( mín.: 9.0 ºC máx.: 23.0 ºC ).
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual
OBSERVACIONES: Nada más empezar Marcos "Tuercebotas" se da un golpe en la rodilla que se hincha inmediatamente, decide no hacer la ruta, parece que no es nada grave. Hubo tres pinchazos, de Carlos Terán, Goyo y Javi Sánchez, y una avería más grave en el eje pedalier de Fergus, al que tuvimos que ir a buscar a Canencia.
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ASISTENTES: (10)
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caídas en la ruta: (0)
pinchazos en la ruta: (3)
averías en la ruta: (1)
RUTA GAFADA
Esta ruta prometía ser una ruta de transición entre la ruta del pasado viernes con paisajes espectaculares y la del próximo domingo, prácticamente nueva, pero no fue así, como más adelante desgrano en la crónica.
El camino de ida, que nos iba a llevar al comienzo de la ruta, presagiaba un día gris, frio, triste. La niebla húmeda se convertía en nuestra compañera de viaje, nos obligaba a conducir con cuidado, a mimar el freno, a acariciar el volante y así fue hasta pasar la Cabrera, donde la muy descarada nos dijo ¡Agur!, nos abandonó. Sólo cuando salimos de la A-1 para coger la carretera M-604, que nos llevaba al desvío de Garganta de los Montes, pudimos ver el sol.
Una vez en Garganta de los Montes, echamos en falta a Charly. Tras la correspondiente llamada del Sr. Alcalde para saber si se había aberronchado a última hora, éste le dice que está llegando a la plaza del pueblo y que ahí dejará la furgoneta.
Una vez que estábamos todos los que fuimos, al empezar la ruta, Marco comprobó que las calas estaban muy duras y casi se dio un piñazo al intentar sacar la bota de la cala. Todo el mundo comenzó la ruta, mientras nos quedamos con él, Flu y el que escribe la crónica. Después de que aflojase los tornillos de las calas, al probar de nuevo se dio un golpe seco en el músculo vasto medial con el cuadro de la bici, parece ser que muy doloroso por el gesto que hizo y que un poco más adelante le obligó a abandonar la ruta.
Empezamos a subir Flu y yo hasta alcanzar al grupo que ya no estaba esperando cerca de la Cabeza del Cuadrón (1378 m.). Una vez reagrupados llegamos al punto más alto y nos hicimos una serie de fotos donde la nubes, que se encontraban por debajo de nosotros, tapaban todo rastro de tierra y daban sensación de bruma marina.
El descenso fue rápido y divertido hasta llegar a la carretera M-604, la que estuvimos evitando tomando caminos laterales hasta llegar al primero de los tres puentes medievales por lo que pasamos en esta ruta. Hoy voy a darle un ligero tinte cultural a la crónica haciendo una breve reseña de los diferentes puentes que visitamos. El primer puente por el que pasamos fue el Puente de Cantos, también llamado de Congosto.
El puente de Cantos, situado en el término municipal de Lozoya, en la sierra Norte de Madrid, salva aguas abajo del embalse de Pinilla una estrecha y profunda garganta horadada en las rocas por la fuerza erosiva de las aguas del río Lozoya. Es una construcción que nos sirve para ilustrar las entidades jurídicas medievales representadas por la Sociedad de Quiñones y el Sexmo de Lozoya.
Se construyó sobre los estribos de la propia roca que forma las laderas. Se construyó con sillarejo basto y está formado por un solo arco de medio punto de 6 m de luz levantado directamente sobre la roca. En su parte central el arco tiene doble rosca con grandes dovelas. A ambos lados aparecen desagües de planta rectangular, los dos de la margen derecha completamente cegados. Muy cerca encontramos las ruinas de lo que fue un antiguo molino.
Se postulan dos hipótesis sobre su origen:
Una, que se construyese en época romana, basada en la posibilidad de la existencia de una vía romana que comunicase las tierras de Madrid con Segovia, un parecido con el puente de Cangas de Onís y el hecho cierto de haber sido reparado en el siglo XIV. El tablero además es llano.
Medieval: hipótesis basada en la cita de Alfonso XI en su libro de montería (recordemos que también cita el puente Canto de Canencia) y que su forma es característica de los siglos XII-XIII.
En los años 40 del siglo XX se construyeron los muretes laterales para evitar la caída del ganado. En uno de sus extremos observamos un ensanchamiento que mejora la conducción del ganado a la otra orilla. También pudo acometerse esta obra para facilitar las tareas del cobro del pontazgo a los ganados y peatones procedentes de otros lugares.
Aquí decidimos tomar el correspondiente refrigerio y empezaron las coñas con Goyo, ya que era el cumpleaños se su santa, a la que felicitamos desde aquí por la paciencia que tiene con él, y no quería llegar excesivamente tarde, pero él no sabía que “El hombre propone, y Dios dispone”. Juan nos dio una lección de cómo hacer una fotografía, primero moviendo la cadera para acabar de rodillas. Descojone general del fotógrafo por su innovador estilo.
Al retomar la ruta, Charly se dio cuenta que ha pinchado, pero infló la rueda y continuamos.
Debido a que el trayecto era bastante plano, se alcanzó buen ritmo, hasta el siguiente puente, el Puente medieval de Canto.
Su construcción se fecha entre los siglos XIV y XV, y tiene como característica principal que sus dos ojos son asimétricos. Se conserva en muy buen estado y recuerda la vieja ruta que se dirigía hacia Rascafría, jalonada de puentes de características similares, como el del Congosto o Canto del término municipal de Lozoya, a unos 10 Km.
El Puente Canto salva el arroyo Canencia, que discurre bajo el arco mayor. Está construido en mampostería, excepto contrafuertes y estribos, donde se utilizaron fuertes sillares. Entre la junta de los dos arcos asimétricos se ubica un mirador, reforzado por la presencia de un contrafuerte semicónico de sillería para contrarrestar la fuerza de las crecidas del arroyo, sobre todo las de otoño, y las de primavera, a consecuencia del deshielo. Es citado, como su homónimo lozoyano, en el libro de montería de Alfonso XI (siglo XIV), y hasta 1991 se utilizó como vía de tránsito de ganado y uso peatonal.
Aquí estuvimos esperando un rato hasta que nos enteramos que había pinchado Goyo y ya ha aprovechó Charly a cambiar la cámara de su rueda que también iba pinchada. Se hicieron dos equipos: Miguel ayudaba a Goyo y el Sr. Alcalde a Charly. Los más rápidos fueron Miguel y Goyo que terminaron antes, según me comentó después Goyo.
Se reanudó la marcha y Víctor nos propuso buscar un tercer puente, Puente de las Cadenas. Como íbamos relativamente bien de hora nos convenció fácilmente. Nos costó un poco dar con él, pero lo conseguimos, no sin antes hacer un pequeño tramo a pie.
Este puente se encuentra, adyacente a un viejo molino harinero reconvertido en vivienda, el puente de las Cadenas, aguas arriba del arroyo Canencia. Es también una construcción medieval, posee un solo ojo y está suavemente apuntado. Su perfil, como el de Puente Canto, es de “lomo de asno”. El arco se construyó con lajas de piedras delgadas, bastas y poco trabajadas. Está rodeado de abundante vegetación de ribera. Debido a su escasa anchura, sólo puede ser cruzado por peatones y caballerías. Su estado de conservación es solamente aceptable, pero mantiene la belleza de lo sencillo, a la par que puede ser calificado de una obra muy tosca.
Los molinos harineros que acompañan en muchas ocasiones a los puentes no solo de esta área, si no en general, tuvieron un uso importante debido a la vocación agropecuaria de Canencia, donde llegaron a existir hasta cuatro molinos. Se localizaban en los alrededores de los pueblos, junto a arroyos y torrenteras, que proporcionaban la fuerza necesaria para mover la rueda del molino con aspas que acababa por dar movimiento a la piedra de moler, triturando el grano para obtener harina.
Después del correspondiente testimonio gráfico, nos adentramos en el pueblo de Canencia y comenzó una dura subida hasta el helipuerto, donde la pendiente empieza a suavizarse un poco. Cada uno iba a su ritmo. Yo por mi parte me quedé atrás del grupo, acompañando a Fergus. Cuando ya estaba bien avanzada la subida, al ver que éste no me seguía decidí parar y esperar a que llegase. Cuando apareció, venía andando y me contó que se le ha averiado la bici. Una de la bielas giraba loca. Después de un rápido chequeo, vimos que no tenía fácil solución por lo que después de hablar con Víctor decidimos que Fergus me dejase las llaves de su coche y que él bajase al pueblo de Canencia. Allí iríamos a buscarle. Terminé de subir el Camino de Canencia a Garganta de los Montes y me estaba esperando el resto del grupo. Cuando íbamos a reanudar la ruta, Javi Sánchez se dio cuenta que tenía pinchada la rueda trasera. Víctor y Goyo decidieron continuar para ira a buscar Fergus. Javi, ante lo cerca que se encontraba el fin de la ruta, le dio aire a la rueda y continuamos la marcha. A mitad de la bajada tuvo que volver a parar a inflarla. Como ya quedaba poco para llegar, cogió su ritmo habitual hasta llegar al pueblo. Cuando alcanzábamos el pueblo nos cruzamos con Goyo que iba a buscar a Fergus. El resto, a medida que llegábamos, metíamos las bicis en lo coches, para bajar al bar a tomarnos unas merecidísimas cervezas.
El tercer tiempo, sentados en una terraza donde daba el sol otoñal, se convirtió en una fuente de inspiración para Charly, Juan, …. donde los chistes que nos contaron hicieron que se nos saltasen las lágrimas. Por otro lado, Víctor en su afán didáctico, se dedicaba a explicarle los chistes a Fergus, provocando aún mas risas. Hay que reconocer que las raciones que nos pusieron en el bar eran exquisitas y que regadas con las correspondientes cervezas hizo que el tiempo pasase muy rápido.
Nos vemos en la siguiente ruta.
That’s all folks. (By Valentín)
(escrito por Valentín)
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