DATOS DE LA RUTA
HORA DE SALIDA: 08:35
HORA DE LLEGADA: 13:04
TIEMPO DE PEDALEO: 03:21
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 04:29
DISTANCIA RECORRIDA: 27.1 Kms.
TEMPERATURA MEDIA: 4.0 ºC ( mín.: 0.0 ºC máx.: 17.0 ºC ).
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual
OBSERVACIONES: Caídas de Miguel Ángel García, Valentín, Maxi,Miguel Molón y Emilio, sin graves consecuencias. En la subida al puerto de los Leones decidimos subir por la pista habitual en lugar de la prevista en el track, que pasa por Tablada, al pensar en que habría que poner pie a tierra por el barro. 7 valientes siguieron el track previsto y al final no habia barro. Al final de ruta Hugo y Javi Ignacio bajaron directamente a los coches por la pista asfaltada, tenían prisa.
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ASISTENTES: (31)
caídas en la ruta: (5)
pinchazos en la ruta: (1)
averías en la ruta: (0)
PRIMERA PARTE: CRÓNICA DE LA RUTA
Nos reunimos unos 30 entre ciclistas, globeros y aficionados varios; los saludos de costumbre, que seguimos siendo gente educada y nos lanzamos a hacer la ruta, blasfemando de la previsión del tiempo: hace bastante más frío del previsto y muchos nos hemos equivocado con la ropa, brrr, qué frío.
Empezamos subiendo, que con el frío que hacía era lo mejor que se podía hacer y, tras apenas un par de km, Víctor nos avisa que el tramo que sigue puede tener un poco de barro y posiblemente nos toque empujar la bici, así que propone una variante más sencilla.
Como teníamos ganas de guerra, un grupo reducido tomamos los trastos de explorador y nos ceñimos al track mientras el grueso del pelotón continúa por la variante… no encontramos el barro, aunque sí un rampón bastante h. de p. y un sujetador colgado de una rama que nos hizo aventurar diversas hipótesis sobre la prenda en cuestión.
Nos reunimos junto a la Fuente de las Hondillas y continuamos todos juntos por el Camino del Vía Crucis, cruzamos la A-VI entre la niebla y bajamos un poquito, pasamos por encima de los túneles de Guadarrama y seguimos bajando hasta San Rafael, con un frío de cojones.
Ya en San Rafael templa un poco, al estar al resguardo del viento, y comenzamos una subidita muy entretenida, con raíces, piedras, agua y entramos un poco en calor por fin. Enlazamos con la Cañada Real Leonesa y terminamos en el Collado Hornillo, donde el cielo tiene aspecto amenazador…
Continuamos subiendo por un sendero un poco técnico para enlazar con el GR-10, disfrutando del aspecto medio congelado de la vegetación, escarchada como si estuviéramos todavía en invierno.
A partir de aquí el panorama cambia: el sol empieza abrirse camino entre las nubes, una vez que el viento ha dejado la humedad enganchada a la montaña, empezamos a bajar por el siempre duro GR-10, disfrutando unos, sufriendo otros, cada uno a lo suyo…
Nos desviamos en una portera en la zona de El Pocillo y esperamos a los compañeros… unos continúan porque tienen prisa y esperamos a alguno que viene magullado; el GR-10 no perdona, es técnico y muy complicado en algunos puntos. Pero lo que viene no desmerece: bajamos otro tramo trialero durísimo, que nos pone las piernas más duras que las piedras que nos encontramos por todas partes; hay cortados, raíces, ramas de árboles, impresionante.
Llegamos a la pista y esperamos a reunirnos todos otra vez. Un trocito de pista y nos volvemos a salir a la derecha por otro sendero con sorpresas varias: piedras, saltos, velocidad y mucha diversión hasta llegar de nuevo al merendero de La Jarosa.
Nos reunimos en las mesas del merendero y nos relajamos con unas cervecitas y unas barritas energéticas de variados sabores, como morcilla y chorizo, croquetas…
La dolorosa un poco abultada, pero bueno, nos hemos divertido y hemos sobrevivido a otra rutita de Víctor, que cada vez se lo curra más para dar satisfacción a todos. Enhorabuena y a seguir disfrutando de la bici.
SEGUNDA PARTE: LOS CONSEJOS DEL ABUELO
Esta ruta me hizo pensar un poco sobre la bici de montaña y lo que despierta nuestra pasión a cada uno (eh, sigo hablando de bicis).
Personalmente, aunque disfruto de la bici en todas las circunstancias (incluso a veces llego a disfrutar cuando me desplazo por Madrid con mi fiel Marín), lo que más me gusta son los senderos, las subidas complicadas y las trialeritas de bajada.
Cuando empecé a dar pedales por el monte casi no sabía montar en bici, no aguantaba dos minutos en una cuesta arriba y las bajadas rápidas ni me imaginaba que existieran.
Posteriormente empecé a salir con amiguetes, sin complicaciones, disfrutando de subir tan lento como fuera necesario y bajando “a toda leche” por pistas anchas y sin historias. Seguía sin parecer MTB.
Empecé a salir con “la peña del botellín”, y las rutas empezaron a ser más largas. Ya casi sabía usar bien los cambios y los frenos y tenía cierta experiencia con las irregularidades del terreno. Empezaba a divertirme pasando unas cuantas horas encima de la bici.
Y en esto me atreví con el grupo de gente que montaba en bici de verdad: “los profesionales” les llamábamos… fueron duras jornadas de sufrir viendo a mis compañeros a lo lejos en las subidas, en las bajadas, en las trialeras… empecé a coger fuerza subiendo, técnica bajando, control de la bici… y la consciencia de que mi Conor de 30.000 pelas del Alcampo no aguantaba este ritmo: me pasaba el fin de semana limpiando, engrasando, ajustando y sufriendo sus carencias en pocos kilómetros.
Alguien me engañó y me dirigió hacia el lado oscuro: con dinero prestado me compré mi Marin Pine Mountain y empecé a disfrutar de verdad de la bici. Ella aceptaba con sumisión todo lo que yo le pidiera y mis compañeros me hacían aprender continuamente, hasta que llegó el momento en que las rutas significaban tanta diversión que no recuerdo el sudor, ni el sufrimiento, ni las caídas (¿me caí alguna vez? No lo recuerdo… quizá me golpeé en la cabeza!)
Todo este rollo viene a cuento de la ruta que hemos hecho por la Jarosa, llena de zonas técnicas y pasos difíciles que hace pensar en porqué algunos compañeros sufren tanto cuando el camino se inclina hacia adelante y empiezan a aparecer los obstáculos y, lo que es peor, sufren caídas con consecuencias que van desde unas risas a cosas serias; más aún cuando otros disfrutamos tanto estos tramos y raramente tenemos experiencias desagradables, no solemos tocar el suelo y si lo hacemos no pasa de algún rasguño normalmente…
¿Qué podemos hacer para aliviar el sufrimiento de nuestros compañeros de ruta?
Me considero un individuo con bastantes carencias en cuanto a coordinación, mi físico no es precisamente el de un atleta y empecé a montar en bici a una edad bastante tardía, lo que no me pone a priori en las mejores condiciones para hacer virguerías con la bici… a día de hoy sigo siendo negado para hacer un caballito ni medianamente aceptable, y sólo salto con cuentagotas y, normalmente, mal… el famoso bunny-hop sigo dándole vueltas cómo coño se hace!
PUNTO 1: EL EQUILIBRIO
Parece una tontería, pero es el aspecto que más seguridad nos da a la hora de afrontar cualquier dificultad con la bici. Con un buen equilibrio, sabemos dónde estamos, cómo estamos sobre la bici, hacia qué lado hay que sacar el pie cuando lo necesitamos, si ese cortado nos va a sacar por delante o no, y así infinidad de situaciones comprometidas dejan de serlo (o lo son menos)
Se puede trabajar continuamente sobre la bici, o haciendo ejercicios con un Fit-ball, bosu o mil cosas más.
PUNTO 2: LA BICI
A estas alturas no debería ser necesario decirlo, pero es tremendamente importante aprender a manejar la bici, los cambios adecuados para cada situación, cómo y cuánto frenar en cada situación, si hay que echarse hacia adelante o sacar el culo por detrás del sillín, etc.
Esto se aprende con experiencia, un poco de sentido común y viendo lo que hacen compañeros más hábiles que nosotros; la mayoría hemos aprendido así, aunque hay gente que tiene una habilidad natural para improvisar soluciones de todo tipo. No es mi caso.
PUNTO 3: TRABAJAR LA TÉCNICA
Los que nos divertimos bajando tenemos cierta obsesión por la técnica, pero es lo que nos mantiene enteros después de tirarnos por una “trialera infernal” y hace que nos sigamos divirtiendo como enanos bajando. Cuanta más técnica haces más seguro bajas, y eres capaz de afrontar obstáculos más complicados y saber dónde está el límite, para no sobrepasarlo.
Practicando continuamente mejoras el equilibrio, la coordinación, la habilidad, la percepción de lo que te rodea y … te diviertes mucho más en las rutas!
Una pequeña lista de cosas que se pueden hacer para ir mejorando:
a Dibujar un cuadrado en el suelo e intentar moverse con la bici sin salirse; hace que cojamos práctica moviéndonos por espacios reducidos, equilibrio sobre la bici, control del movimiento y los frenos. Reducir el tamaño del cuadrado cada vez que nos resulte fácil el ejercicio.
b Rectas en zig-zag con ayuda de conos o piedras; se aprende a girar con confianza sobre todo a velocidad reducida. Poco a poco se van juntando los obstáculos para reducir el espacio disponible y hacerlo más difícil.
c Recorrer una línea continua sin salirse de ella; por ejemplo, un bordillo. Es más complicado de lo que parece, pero nos ayuda de nuevo a coger equilibrio y coordinación. Buscar un bordillo un poco alto y practicar a subirlo y bajarlo; buscar otro más alto, un cortadito, una piedra a la que se pueda subir…
Y muchas más cosas que se pueden hacer... ¡quien quiera!
FIN
(escrito por Pablo)
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