Mañana de perros
El pronóstico del tiempo para esta ruta, dependiendo de dónde miraras www.aemet.es o www.eltiempo.es, no era nada halagüeño. El más optimista era el de la agencia estatal de Meteorología que pronosticaba que a las 9:00 dejaba de llover mientras que el de su competidora decía que hasta las 13:00 iba a lloviznar. Más tarde veríamos cuál de las dos acertaba.
Durante el trayecto hasta Rascafría iba pensando que la ropa que había seleccionado para la ruta era excesiva para el tiempo en que nos encontramos, desempolvando la ropa típica para rutas de invierno, pues el tiempo que se apreciaba desde la ventanilla era de otoño, la carretera seca, incluso apareciendo el sol en algunos tramos. Infeliz de mí. Fue tomar el desvío a Lozoya y comenzar una lluvia que ya no me abandonó hasta que llegué a Rascafría. Allí ya estaba Flu. Ni él ni yo salimos a saludar. Mientras que esperábamos y viendo que el tiempo no mejoraba empecé a preparar los impermeables. Me parece que nos íbamos a mojar sí o sí. En esto que ya empezaron a llegar el resto de desesperados de la bicicleta. Marcos, Javi Iglesias y Flu, que habían venido por Navacerrada, nos dijeron que por allí estaba nevando e incluso el coche les había patinado.
Comenzamos la ruta y al poco rato Víctor recibe una llamada telefónica, se habían retrasado varios integrantes, uno de ellos el Sr. Verdes. Mientras esperábamos empezaron las coñas sobre éste, que si tardaba más que una tía en prepararse, que si los cubrezapatillas, en fin David, sin acritud, sólo para pasar el rato.
Una vez que nos alcanzaron continuamos la ruta. Caía una lluvia fina y Víctor nos decía que esto no estaba previsto. Claro no había mirado en www.eltiempo.es. La verdad es que los paisajes eran espectaculares pues la lluvia acentuaba el colorido de los diferentes matices de verde y ocre.
Esta vez no fuimos a la Cascada del Purgatorio, queríamos ganar tiempo, y una vez pasado el puente de madera paramos a reagruparnos. En estas estábamos cuando a Juan le dio un flush y en vez de cruzar el río por el puente de madera va y lo cruza por medio del rio. Pienso que quería limpiar la bici del barro que ya llevaba adherido o que quería refrescarse los pies. A partir de entonces por más que incitamos a los siguientes ciclistas para que emularan a Juan, nadie más se atrevió.
Proseguimos la ruta, con rampas cada vez más duras, cada uno las subía como buenamente podía hasta que llegamos a Cercado Sacristán. Aquí ya nos nevaba y tuvimos que hacer otra parada larga, ya que Javi Iglesias había pinchado y nos demostró que es un ejemplo a seguir en cuanto a reciclado de las cámaras se refiere. La que puso llevaba al menos ocho parches. Mientras tanto Víctor y otros intentaban buscar un camino ciclable entre piornos, brezos y zarzas sin conseguirlo, por lo que nos tocó patear hasta alcanzar el sendero en el que volvimos a montar a nuestra jaca. Por el camino vimos bastantes setas: níscalos, boletus, etc., qué lástima no haber llevado una cesta. Seguimos pedaleando hasta El Gollete donde paramos a tomar el correspondiente tentempié.
De aquí en adelante fuimos por pista, la GR 10-1, hasta el refugio de la Morcuera. El rodar era bastante cansado ya que el camino estaba blando y las ruedas con el peso se hundían un poco.
Como ya habíamos repuesto energías no paramos en el refugio y continuamos ruta. Salimos a la carretera hasta que nos desviamos, al principio bajando pero después empezamos a subir y subir hasta Peñas Viborizas donde a partir de aquí ya fue todo bajada. Paramos en la Majada del Cojo para hacernos la correspondiente foto de rigor, aunque algunos querían continuar.
Después de la foto, seguimos bajando, aunque Ángel se separó para continuar por la pista. Aquí aconteció algo que yo no había visto nunca en directo, una piara de jabalíes cruzando nuestro camino. Iba descendiendo a toda velocidad cuando tuve que frenar rápidamente para que pasaran al menos 15 ó 20 jabalíes entre pequeños y adultos. Emilio, que iba delante de mí volvió sobre sus pasos para intentar grabarlos. La verdad fue un espectáculo increíble, otro aspecto que hay que añadir a este hobby que es el de la bicicleta y que merece todos los esfuerzos que realizamos, haga frio o calor.
Continuamos bajando hasta llegar a Alameda del Valle donde tuvimos detenernos para reparar un pinchazo en la rueda trasera de la bici de Ángel. Menos mal que esto le pasó cuando ya se había unidos a nosotros. Algunos que tenían prisa se despidieron y continuaron hasta Rascafría.
Sobre las 13:15 llegábamos a los coches. El colofón a la ruta lo hicimos en el bar que hay donde aparcamos los coches. Aquí nos desquitamos con productos de alto poder energético: torreznos, chorizo y tortilla, todo ello regado con abundante zumo de cebada.
Nos vemos en la siguiente ruta.
That’s all folks. (By Valentín) (escrito por Valentín) | 
caídas en la ruta: (0)
pinchazos en la ruta: (2)
averías en la ruta: (0)
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