DATOS DE LA RUTA
HORA DE SALIDA: 08:24
HORA DE LLEGADA: 13:53
TIEMPO DE PEDALEO: 03:43
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 05:29
DISTANCIA RECORRIDA: 47.5 Kms.
TEMPERATURA MEDIA: 7.5 ºC ( mín.: 2.0 ºC máx.: 13.0 ºC ).
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual
OBSERVACIONES: Intento de Vuelta al Embalse, que nos dejó empantanados entre vallas y trampas para gacelas (u osos). Se parte el grupo en dos a la altura de la Urbanización Don Trampón. No se completó el recorrido, teniendo ambos grupos que dar la vuelta en puntos diferentes. Rotura de cadena en la bici de Javi Iglesias, que se va acostumbrando. Rotura en la suspensión de Valentín, que retorna por carretera con Ramón. Miguel Sánchez se incorpora tarde y va salvando obstáculos hasta alcanzar a uno de los grupos. Se vuelve también antes de tiempo con Hugo por carretera.
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ASISTENTES: (18)
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caídas en la ruta: (0)
pinchazos en la ruta: (0)
averías en la ruta: (2)
VALLA, VALLA….OTRA VALLA……y nos fuimos a la playa
Cuando la cosa no sale……….no sale.
No sé muy bien si la crónica la tengo que hacer yo solo o compartirla con alguien del “otro” grupo, ya que únicamente puedo contar mi “parte” y lo acontecido a la gente que iba conmigo.
Como desde el verano no pisábamos la playa, nos apetecía mucho ver el agua y la arena de cerca y ésta ruta es la única con playa.
El madrugón era obligado porque para ir hasta la costa de Madrid hay que emplear más tiempo del habitual y además el kilometraje del recorrido, la orografía y las novedades incorporadas por el Alcalde, hacían prever que le íbamos a echar unas cuantas horas al paseo.
De entrada alguno no se enteró de la película (Pedro, Miguel) y a la hora de la salida no estaban en el punto de encuentro. Creo que Miguel recuperó terreno (por lo que he leído en el WhatsApp) pero el del barsa todavía debe estar durmiendo.
No quiero seguir sin antes hacer una mención especial a esa maravillosa urbanización llamada San Ramón, por la que pasaba la ruta de hoy y que tanto mal ha causado ésta mañana en nuestro grupo, hasta el punto de que ha conseguido partirnos en dos. La madre que parió a quién ha gestado éste engendro lleno de trampas, arroyos, matorrales, calles sin salida, fincas particulares y, sobre todo VALLAS y más VALLAS.
Lo cierto es que después de pasar por el mismísimo Serengeti, de la avería (vaya racha) de la bici de Javi Iglesias y de un sendero interesantísimo en el Cerro de San Esteban, con unas bajaditas no exentas de riesgo y en las que hemos disfrutado de lo lindo, nada hacía presagiar que la mañana se iba a estropear (o joder, como prefiráis).
El caso es que no aprendemos: Que si el track dice que por la derecha, que si yo tiro para adelante, que si la abuela fuma y demás historias, siete para un lado y los otros diez u once (no lo tengo claro) para otro. A partir de aquí, ya no hubo manera de que volviésemos a juntarnos.
En nuestro grupo, y con el afán del volver al track cuanto antes, nos dio por empezar a salvar vallas (y digo salvar porque las pasamos por arriba, por abajo, por un lado y hasta por el centro) y nos fuimos enredando y enredando hasta que, después de un buen tiempo, conseguimos entrar en el recorrido “bueno”.
Pero la alegría nos duró poco. Ya dentro de la famosa urbanización de los cojones y cuando creíamos que estábamos en el buen camino, más obstáculos en forma de VALLAS, calles sin salida, vallas y más vallas, en fin, desesperante. A pesar de la comunicación por teléfono con el otro grupo, no teníamos claro ni dónde estaban ellos ni donde nosotros, por lo que el reagrupamiento parecía cuando menos complicado.
Escapando ya de maldita urbanización, se hizo necesario dar un gran rodeo para poder volver al track y estábamos en ello cuando la bomba de la suspensión de la Cannondale de Valentín hizo plof, obligándole a buscar la carretera de San Martín junto con Ramón para atajar hacía los coches.
A todo esto le tenemos que añadir los problemas físicos de nuestro Alcalde, no recuperado aún de su lesión en el gemelo y que le obligaba a llevar un ritmo menor que el que habitualmente lleva.
Las noticias que nos llegaban del grupo B tampoco eran demasiado buenas ya que el recorrido no estaba del todo claro en ciertos puntos y al parecer ha habido algunos “pateos” interesantes en determinados momentos.
Bueno, teniendo en cuenta que íbamos con mucho retraso, que nos quedaba un montón y que Víctor no iba bien, decidimos buscar una alternativa para llegar cuanto antes al final, cosa que no fue fácil ya que no teníamos claro ni cual era nuestra ubicación ni para donde teníamos que tirar.
Al final fuimos capaces de “orientarnos” con la ayuda de los GPS,s, y dirigirnos hacía San Martín, para desde allí tomar la famosa GR10 (que es como el pequeño Nicolás porque está en todos los sitios, según me explicaba Víctor) para regresar al punto de partida.
Me hubiera gustado que mi crónica y la ruta hubiesen sido más divertidas, pero es lo que hay y, como decía al principio, cuando la cosa no sale…..no sale.
Varias de las leyes de Murphy que nos describía JuanPa en su WhatsApp han tenido aplicación en el día de hoy. Sería un presagio.
Por lo menos no hemos tenido percances físicos y, unos antes y otros después, hemos acabado todos la ruta sin más incidentes.
Para terminar, añadir que esto no se va a quedar así, tenemos que volver a intentar “cerrar” la vuelta al pantano ya que, en mi opinión, el entorno y el recorrido, si logramos hacerlo de un tirón, merecen la pena.
(escrito por Javi Ignacio)
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