Subida a la Laguna de los Pájaros de Peñalara desde Rascafría
Un jueves festivo, día del Corpus, para aprovechar y realizar una ruta ciclista de montaña, nunca mejor dicho, porque el recorrido ha sido montañero a tope. En esta ocasión, el organizador de la ruta fue Antonio. Confiábamos en su conocimiento de la zona, pero más adelante os daré detalles de las sorpresas que nos iba a deparar la mañana.
Salimos desde Rascafría por sus calles empedradas, con el fresquito de primera hora de la mañana y enseguida comenzamos a ascender hacia el Cerro del Diablo. El grupo se estiraba, pero nos reagrupamos en un mirador para descansar y hacer las primeras fotos de la jornada.
A continuación, tomamos un desvío hacia el Puerto del Reventón y aquí empezaba el desnivel con las zetas que iban ascendiendo sin descanso hasta el premio de la montaña más arriba. Después de las curvas, llegamos a una campa con vacas, que nos saludaron y nos advirtieron de que la subida se iba a complicar con las piedras hasta coronar el puerto. Haciendo un esfuerzo importante, llegamos a la cima (2.038 metros de altitud). Contemplamos Segovia y la Granja de San Ildefonso. Para celebrarlo, Adolfo nos preparó unas rodajas de chorizo de León, que nos supo a gloria. Faltó la bota de vino, la próxima vez será.
Tomado el avituallamiento, comenzamos la subida a la Laguna de los Pájaros con idea de disfrutar, pero cual en nuestra sorpresa cuando comprobamos que la senda no era ciclable y tuvimos que seguir andando con la bici rodando o a cuestas. Algunos bikers decidieron seguir sin la bici hasta la laguna porque fueron casi dos horas de recorrido. El paisaje espectacular, con las retamas y los piornos en flor y la laguna impresionante, todo hay que decirlo. Nos preguntaban los senderistas por dónde habíamos subido en bicicleta. Decidimos no dar muchas explicaciones porque estábamos más quemados que la pipa de un indio. Con decir, que no pudimos hacer ni la foto de grupo porque estábamos desperdigados. Después de llenar los botes con agua pura de manantial nos dispusimos a bajar andando, como ya he comentado anteriormente. Fue un tramo digno de olvidar para subir en bicicleta. Habrá que buscar una alternativa más apropiada.
Ya de vuelta, poco antes de llegar al puerto del Reventón, os cuento la avería total de la jornada. Íbamos bajando despacito por la senda, cuando de repente Emilio se bajó de su bici y sorprendentemente se había partido el cuadro en dos. Nos quedamos todos alucinados. David Verdes y Pepe Herrera decidimos acompañarle andando con nuestras bicis, porque ya estábamos acostumbrados. Emilio decidió dejar el cuadro junto a una valla metálica forestal y pasada una hora subió Juan Pablo con su coche de apoyo a recogerle. David y yo bajamos ya montados, por fin, hasta Rascafría para reunirnos con el resto del grupo.
Estaban esperándonos en una terracita de verano con unos torreznos, unas birras y unos huevos fritos con patatas. ¡Qué hambre teníamos! Fue un final feliz para una jornada dura.
Esto fue todo amigos. Hasta la próxima.
Pepe Herrera
(escrito por Pepe Herrera) | 
caídas en la ruta: (6)
pinchazos en la ruta: (1)
averías en la ruta: (2)
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